Reducción de la tasa de interés en EEUU
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La reciente reducción de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) marca un hito en lo que ha sido la conducción de la política monetaria en el país del norte. Luego de un proceso de sucesivas alzas, iniciado en marzo de 2022, cuando la tasa de interés de 0,25% a la que se había llegado para hacer frente a los efectos de la pandemia generó un aumento en el gasto agregado, que derivó en un proceso inflacionario que se tornó insostenible (9,1% anualizado en junio de 2022), la tasa de interés fue escalando en forma paulatina (once alzas) hasta llegar a 5,5% en julio de 2023. De ahí en adelante se mantuvo sin variaciones hasta la semana pasada, cuando la Fed resolvió reducirla en 50 puntos base. A pesar de que la decisión era algo que se esperaba, llamó la atención la magnitud de la baja, pero lo que ello trasunta es la convicción de la Fed de que el proceso inflacionario en Estados Unidos está avanzando con solidez hacia la tasa objetivo de 2% sin estresar el mercado laboral y que, por tanto, estarían dadas las condiciones para que continúe la recuperación de los niveles de actividad, evitando así el temido ajuste recesivo que ha sido una preocupación permanente de los mercados durante este ciclo.
Estarían dadas las condiciones para que continúe la recuperación de la actividad en EEUU, evitando así el temido ajuste recesivo.
Las expectativas hacia adelante anticipan nuevos recortes de tasas antes de fin de año, eventualmente en 75 puntos base adicionales, proceso que debería continuar durante 2025, pudiendo llegar al nivel que se estima como tasa neutral (3%) a mediados del próximo año. Pero esto último sigue siendo una incógnita, por cuanto una política fiscal expansiva que conduzca a nuevos aumentos en la deuda pública -amenaza latente, cualquiera sea el ganador de las próximas elecciones presidenciales- le podría poner nuevos límites a la política monetaria. Con todo, la reacción en los mercados ha sido favorable, pero con moderación, ya que persiste una dosis de incertidumbre, agravada por fenómenos geopolíticos que podrían agravar el panorama general.
En lo que respecta a Chile, el menor diferencial de tasas con Estados Unidos disminuye los incentivos para llevar dólares hacia el país del norte, lo cual le quita presión al mercado de divisas. Esta situación, sumada a un mayor precio del cobre derivado del debilitamiento relativo de la moneda norteamericana como consecuencia de las menores tasas, y del impulso que el Gobierno de China ha anunciado para fortalecer su economía, está contribuyendo a la apreciación del tipo de cambio chileno que se está observando en estos días. Este nuevo escenario, a su vez, le facilita la tarea al Banco Central para continuar avanzando en su propio proceso de reducción de tasas, sin poner en riesgo el avance hacia el objetivo de una tasa de inflación de 3%.