Por tercera semana consecutiva, economistas y analistas consultados por el Banco Central de Brasil volvieron a bajar la proyección de crecimiento de 2012 para la principal economía de Sudamérica.
Mientras hace una semana los expertos proyectaban un 1,81%, la estimación bajó ahora hasta el 1,75%, marcando aún más la tendencia hacia la desaceleración que ha mostrado el país desde hace un tiempo y que lo aleja de las expansiones de años anteriores, como el 7,5% de 2010.
Pese a que el Banco Central brasileño está más optimista que el mercado, de todas formas también ha debido cambiar su proyección inicial de 4,5% hasta un 3% debido a los efectos de la crisis en Europa.
Se trata de un escenario que la presidenta Dilma Rousseff ha tratado de cambiar a través de diversas medidas económicas. No obstante, hasta ahora sus esfuerzos del último tiempo no han tenido los efectos esperados por las autoridades.
Sin embargo, la cifra de actividad económica de junio pareciera ser una tímida luz de reacción a los estímulos anunciados previamente, luego de repuntar 0,75% respecto a mayo. Habra que esperar para saber si se trata o no de un cambio de tendencia.