Editorial

Programa económico al debe

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Han pasado 658 días desde que asumió el Presidente Gabriel Boric y el ánimo del Ejecutivo en proyectos de impulso económico sigue al debe. El empeño del mandatario en anunciar el envío al Congreso de iniciativas que impactarán en el crecimiento y las inversiones no ha sido suficiente para materializar el ingreso, antes de que culmine este año, de los proyectos relacionados con la permisología, la creación de la Empresa Nacional del Litio o las tarifas eléctricas, entre otros ámbitos estratégicos.

Aunque Lagos, Bachelet y Piñera nunca gozaron del control absoluto de las cámaras, lograron sacar adelante desafíos que le cambiaron el rostro a Chile.

Y no se trata solo de que el mandatario no tenga mayoría en el Congreso para tramitar su agenda. Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera nunca gozaron del control absoluto de las cámaras para sacar adelante desafíos que le cambiaron el rostro a Chile, como el Plan Auge, la reforma previsional o la reconstrucción post terremoto de 2010. Hoy presenciamos una preocupante falta de habilidad y destreza para lograr acuerdos transversales en políticas públicas pro desarrollo social y económico.

“En Chile nos estamos quedando atrás porque nuestro sistema de permisos es incoherente, es irracional”, dijo el propio Presidente Boric. Y aun cuando expertos convocados por el Ejecutivo estiman que reducir en un tercio la permisología elevaría en más de US$ 1.300 millones los ingresos fiscales en 10 años, los ministerios de Economía y Medio Ambiente, aún no presentan sus respectivos proyectos.

Tras el anuncio en abril del envío de una iniciativa que creará la Empresa Nacional del Litio, que debía ingresar a fines de 2023, poco se ha sabido de sus avances. E igual de complejo ha resultado el trabajo para mitigar las alzas en las cuentas de la electricidad, que volverán a subir en enero. Si bien el Gobierno y la comisión de Minería y Energía del Senado llegaron a un acuerdo, este todavía no logra ver la luz.

Ante la complejidad de estos temas, y otros como la reforma previsional -enviada sin acuerdos previos- y el pacto fiscal, cabe preguntarse si los equipos ministeriales serán capaces de liderar con urgencia una conversación realista para cerrar un gran acuerdo pro crecimiento, que saque al país de la inercia de creer que el crecimiento nulo ya es algo.

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