Primeros resultados del Censo 2024
El INE inició ayer la divulgación de los resultados nacionales del Censo 2024, en lo que constituye la primera entrega del mayor desafío estadístico del país. Los datos preliminares, construidos sobre una población censada de 18.480.432 personas -cifra 5% superior a la de 2017-, reflejan que más de la mitad corresponde a mujeres (51,5%), que el 17,7% tiene 14 años o menos y que el 14% se ubica en el rango de 65 y más años. Estos dos últimos valores están por debajo y por sobre las cifras de 2017, respectivamente, lo que da cuenta del alza significativa en el índice de envejecimiento en Chile, que ha pasado de 56,9 a 79 adultos mayores por cada 100 personas de 14 años o menos.
En las cifras también destacó la caída del número de personas por hogar (a 2,8 integrantes) y el alto incremento de la proporción de hogares unipersonales, los que prácticamente se duplicaron respecto de 2002 (de 11,4% a 21,8%).
Aunque es una primera entrega, los resultados confirman tendencias de las que, como sociedad, debemos hacernos cargo. La primera tiene que ver con el efecto combinado de una mayor esperanza de vida -una buena noticia- con la importante y persistente baja en la tasa de fecundidad. Chile es un país que ha envejecido con rapidez. El desafío, además de buscar estrategias que atenúen este fenómeno, consiste en cómo el país puede adaptarse multidimensionalmente a esta nueva realidad en ámbitos como el de la vivienda, el mercado laboral, educación, salud, transporte y ocio, entre varios otros. No se trata únicamente de impulsar nuevos proyectos de ley, políticas públicas o soluciones del Estado. El rol de este último debe enfocarse en generar condiciones habilitantes y una atmósfera favorable para que el sector privado, la sociedad civil, la academia y otros actores relevantes puedan contribuir de manera oportuna y eficaz a mejorar la calidad de vida en un país con una creciente proporción de personas mayores.
Esto también es válido frente a la disminución del tamaño de los hogares, un resultado que no solo exige comprensión de sus causas, sino también reflexión respecto de qué soluciones o alternativas puede ofrecer la sociedad para enfrentar tal evolución.
Las próximas entregas -la siguiente a fines de abril- permitirán despejar preguntas aún abiertas, como los efectos del fenómeno migratorio en curso, que podría eventualmente ser la razón de que la zona norte muestre, en promedio, un menor índice de envejecimiento y un mayor número de integrantes por hogar. También se conocerán detalles desagregados de la población a nivel regional y comunal, e información sociodemográfica relevante respecto de niveles educacionales, características de las viviendas, discapacidades y situación de los pueblos originarios, entre otros. Este conjunto de datos es un insumo clave no solo para alcanzar una descripción más acabada de Chile, sino también para avanzar hacia un mayor bienestar general de la población, donde todos los actores relevantes tienen un rol que jugar.