Mujer y mercado del trabajo

Las cifras de empleo aportadas esta semana por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile para el Gran Santiago contienen dos buenas noticias. Por un lado, la medición confirma que los niveles de desempleo siguen mostrando una consistente tendencia a la baja, llegando incluso a niveles similares a los que existían en forma previa a la crisis asiática, y que dicho fenómeno ha ido de la mano con un aumento en la participación de la mujer en el mercado del trabajo.

De acuerdo con las cifras, a junio recién pasado la tasa de desempleo del Gran Santiago se redujo a 7,2% (0,8 punto porcentual menos que en marzo), lo cual se explica por un aumento de 3,7% en la ocupación versus uno de 2,7% en la fuerza de trabajo, con un aumento de casi dos puntos porcentuales (hasta 50,3%) en la tasa de participación laboral de las mujeres.

Una economía que crece y que es capaz de sustentar un mayor dinamismo del empleo está en la base de este fenómeno. Sin embargo, también es relevante monitorear el efecto de las políticas sociales y cambios normativos que impactan a este grupo de la fuerza de trabajo, como la habilitación de salas cuna (que evidentemente ha facilitado la incorporación de la mujer al mundo del trabajo) y la extensión del post natal, que sería interesante evaluar a la luz de estos datos.

Como sea, es significativo que el país esté mejorando en este indicador, uno en el cual se exhibía un marcado rezago respecto de otras naciones. El impacto económico de una fuerza de trabajo más amplia y diversa y el alcance social sobre el ingreso familiar que todo ello supone por sí solos justifican la expectativa de seguir avanzando.