Licitación de pasaportes y cédulas
Por cerca de cuatro años el país ha estado a la espera de que uno de los procesos de licitación pública más esperados y necesarios...
Por cerca de cuatro años el país ha estado a la espera de que uno de los procesos de licitación pública más esperados y necesarios para estar en sintonía con los estándares de modernidad de las naciones más avanzadas. Se trata de la licitación de los nuevos pasaportes y cédulas de identidad, la cual ha estado plagada de contratiempos y, por qué no decirlo, bochornos.
El proceso que ha intentado llevar adelante el servicio de Registro Civil e Identificación, y que ahora se espera pueda contar con un ganador en el curso de los próximos dos meses, supone una revolución de gran calibre en los estándares de seguridad y en los sistemas de información asociados a tan importantes documentos de identificación. La licitación involucra unos US$ 385 millones y contempla conceder por un plazo de 10 años la confección de dichos documentos, los que, entre otras cosas, introducirán avances como un chip que facilitará la verificación en línea de la identidad de las personas, a través de los expedientes facial y dactilar. Dichos avances persiguen resguardar la inviolabilidad de las cédulas y pasaportes y evitar clonaciones, suplantaciones y falsificaciones y los posibles delitos e infracciones asociadas. La idea es dejar al país, y sus ciudadanos, a la altura de las exigencias internacionales y triplicar, se estima, los actuales estándares de seguridad.
Como se ve, se trata de un proceso de la mayor relevancia, pero que ha estado salpicado de contratiempos e irregularidades que no guardan relación ni se condicen con dicha trascendencia. Es de esperar que esta vez las autoridades apliquen exigentes patrones de monitoreo de modo de permitir, por fin, concretar esta esperada modernización.