La prueba de fuego tras la devaluación en Venezuela
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El miércoles entró en vigencia la anunciada devaluación del bolívar en Venezuela, con lo que la moneda de ese país pasó de 4,3 a 6,3 unidades por dólar.
Aunque el momento del anuncio puede haber sorprendido, se trata de una medida que era necesaria de adoptar, por lo que tarde tarde o temprano debía tomarse. El importante aumento que registró el gasto oficial antes de la campaña presidencial pasó la cuenta y era una obligación reducir el preocupante déficit fiscal.
Dado que todo siempre se paga, el gran costo que deberán asumir los venezolanos será la escalada que debería registrar la inflación. Anticipándose a este escenario, el gobierno ya ordenó reforzar la supervisión para evitar que los precios se disparen. No obstante y considerando que el 80% de los alimentos que se consumen en el país son importados, resulta difícil pensar que los incrementos no se produzcan. De hecho, las estimaciones de analistas apuntan que en dicho ítem los aumentos deberían oscilar entre 40% y 50%.
La prueba de fuego la dará la ciudadanía, en cuanto a soportar el nuevo escenario que le está planteando ahora el gobierno de un ausente Hugo Chávez.
