La industria y la confianza empresarial
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El Índice de Confianza Empresarial (ICE) que elabora el Centro de Estudios Económicos y Negocios de la Universidad del Desarrollo (CEEN) y Diario Financiero volvió a situarse en un nivel neutral -ni de optimismo ni pesimismo- durante abril pasado.
De acuerdo al registro, cuatro de los seis sectores considerados en la medición -como el minero, financiero, comercio y de la construcción- también se mantuvieron en la misma línea.
La industria, en cambio, acusó un tropezón que lo condujo a un estado de “leve pesimismo” al partir el segundo trimestre, sumándose al comportamiento observado por el rubro agrícola, el cual no ha logrado escapar del desánimo desde comienzos de 2015.
Este deterioro en el mundo fabril coincidió con cifras inquietantes correspondientes a esta rama de la economía. Por ejemplo, el Índice de Producción Industrial cayó 8,3% en marzo, comparado con igual lapso de 2016, arrastrado por el componente minero y un alza de apenas 1,9% en el caso de la manufactura.
Si bien se asume que el golpe en la minería provino del hecho puntual que representó la extensa huelga legal en Escondida en el primer trimestre, lo cierto es que hace meses que el ámbito fabril muestra signos de una débil actividad, muy acorde con lo que exhibe el Producto Interno Bruto (PIB).
De allí que lo ocurrido con la confianza empresarial en la industria pone nuevamente un signo de advertencia sobre la capacidad o incapacidad que tiene el país para aspirar a una mayor velocidad de crecimiento. Ya inmersos en el segundo trimestre, lo óptimo es que las pobres cifras de actividad de marzo hayan sido -como dijo el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés- el último tropezón.