La anunciada desaceleración
A lo largo de todo el presente año las autoridades económicas y no pocos expertos han invitado a seguir con cautela...
A lo largo de todo el presente año las autoridades económicas y no pocos expertos han invitado a seguir con cautela los acontecimientos económicos internacionales y a prevenir el muy probable impacto que éstos tendrían a nivel local. Más allá de que las cifras en materia de empleo, crecimiento y confianza empresarial y de consumidores se han mantenido robustas, el mensaje entregado es uno que invita a la prudencia ante lo que sería un casi ineludible fenómeno de desaceleración, el que empezaría a tomar forma en especial a partir del segundo semestre.
De esta forma, el fenómeno vivido desde mediados del segundo trimestre es uno de asimetría entre lo que anticipa el discurso oficial y de los expertos y lo que arrojan las estadísticas, lo que ha llevado a algunos observadores a preguntarse si no estará siendo mal leída la evidencia y si no será contraproducente encender tantas alarmas cuando la economía parece estar inmerso en un ciclo virtuoso de empleo y crecimiento.
Y aunque en apariencia éstas son interrogantes válidas, lo cierto es que varios análisis más finos ya están aportando datos que validan la invitación a la cautela de autoridades y expertos, máxime porque todo esto está sucediendo en un ambiente de alta volatilidad, en donde las grandes preguntas sobre el devenir económico y financiero internacional siguen sin ser despejadas.
El seguimiento que deben hacer las autoridades de este proceso tiene que ser riguroso y exhaustivo y debe ir acompañado de sistemas de respuesta rápida, en especial en el plano de la liquidez, en donde a la autoridad monetaria le cabrá un rol esencial.