IVA rebajado a bienes esenciales: otra mala política

a Cámara de Diputados aprobó por muy holgada mayoría la reducción transitoria del IVA para productos considerados esenciales hasta fines de 2022, con una tasa de 10% para bienes y servicios como alimentos, productos sanitarios, hotelería y servicios deportivos, entre otros; y de 4% para productos como pan, harina, frutas, verduras, libros, medicamentos, prótesis y servicios de teleasistencia, entre otros.

La norma es inconstitucional, ya que el Poder Legislativo no tiene iniciativa en materia de impuestos, un vicio que se ha vuelto reiterado en el contexto reciente.

Este mismo caso demuestra que no sólo es razonable que el Poder Legislativo no pueda modificar la política tributaria, sino necesario. Al igual que otras reformas aprobadas en los últimos años, la aplicación de un IVA diferenciado es una mala política, tanto en términos de eficiencia como de equidad, y sólo motivaciones electorales de corto plazo puede explicar el apoyo mayoritario que está teniendo en el Congreso. En términos de eficiencia, porque tasas diferenciadas facilitan la elusión y la evasión del impuesto, haciendo muy difícil el control, afectando por ende la recaudación global del impuesto; y es negativa en términos de equidad, porque una parte muy importante de la recaudación que pierde el Fisco es un beneficio que reciben los sectores de altos ingresos, por sus compras de los bienes que cuentan con la rebaja.

Sin duda que enfrentamos un escenario muy complejo tanto a nivel económico como político, con crecientes demandas sociales. Sin embargo, hacerse cargo de las necesidades de la población nunca puede justificar malas políticas públicas, no sólo por su costo fiscal, sino porque a la larga terminan perjudicando aún más a los sectores vulnerables, a través de dañar el proceso de desarrollo.

Aunque en el mundo político gana terreno el populismo, lo cierto es que sigue cayendo el crecimiento de tendencia, dificultando aun más las posibilidades de satisfacer las aspiraciones sociales.