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Alto contrasteFinalmente el Parlamento italiano puso fin ayer a la larga historia de amor y odio del magnate de los medios Silvio Berlusconi con la política de su país.
Los legisladores votaron ayer por expulsar al “cavaliere” de su rol parlamentario, luego de que el ex primer ministro fuera declarado culpable por delitos financieros y condenado a una pena remitida de presidio.
La medida es un paso hacia adelante para terminar con la larga tradición de la política italiana de caudillismos, y podría ayudar a crear una nueva mayoría parlamentaria que ya no dependería de los habituales cambios de humor de Berlusconi.
Sin embargo, los observadores coinciden en que bajo el nuevo escenario se mantendrá la volatilidad en Italia, la tercera economía de la eurozona, en momentos en que todavía no logra emerger de la crisis.
Esto representa un importante riesgo, a medida que el gobierno del primer ministro Enrico Letta aún no ha logrado sacar adelante impopulares reformas económicas, que son vitales para la reactivación.
El futuro de Italia dependerá de la fortaleza de la nueva coalición de gobierno que ha surgido ahora sin el apoyo de Berlusconi.
