El presidente del Banco Central hizo ayer una invitación a leer con prudencia y sin autocomplacencia los datos que en distintos planos han reflejado en las últimas semanas una cierta mejoría en la actividad económica. Al participar en un encuentro organizado por Sofofa, el titular del instituto emisor hizo un matiz de diferencia en relación al ministro de Hacienda a la hora de comentar el Imacec de 2,4% de agosto, ya que mientras para el jefe de las finanzas públicas el dato del octavo mes parece dar cuenta de "florcitas" y no sólo "brotes verdes", para Mario Marcel, la cifra debe mirarse con prudencia y sin perder de vista el efecto bases de comparación que está implícito en el guarismo.
Si bien no se trata de una controversia sustantiva, ni mucho menos, el contrapunto tiene significación, tanto porque varias veces durante la actual administración los hechos han terminado frustrando los entusiasmos oficiales, como porque un optimismo sin sustancia de parte de Hacienda, podría confundirse con oportunismo, en la perspectiva de la discusión del proyecto de ley de Presupuestos 2018 (que considera una inesperada alza de 3,9% en el gasto fiscal) y la inminente elección presidencial y legislativa de noviembre.
En esa perspectiva no deja de ser necesario recordar que 2017 terminará muy probablemente con el peor desempeño económico de los cuatro años de la actual administración, con un serio deterioro en las cifras fiscales y un paso atrás en la nota de riesgo. Eso sin contar que en materia de competitividad y productividad se perciben crónicos problemas que no sólo no mejoran, sino que parecen haberse quedado anquilosados a la espera de que un repunte del precio del cobre anime el ambiente.