Este año, un aniversario difícil

n Diario Financiero estamos celebrando nuestro aniversario número 32, lo que marcamos ayer con una edición especial desplegada en 156 páginas, con la totalidad de sus contenidos disponibles en nuestra plataforma digital. En este año extraordinario que ya se acerca a su último mes, la digitalización acelerada ha sacudido a nuestro medio como el resto de la industria y al país entero, y aunque son muchos los desafíos superados hasta ahora —desde el teletrabajo a la consolidación de nuestra apuesta como diario primordialmente online—, son muchos más los que quedan por delante.

Las complejidades del trabajo 100% remoto se instalaron en DF, como en muchísimas empresas, desde la violenta crisis de octubre del año pasado, que obligó a los chilenos a encerrarse en sus casas y a trastocar sus vidas mucho antes de la llegada del Covid-19. El virus ayudó a convertir lo que ya era una crisis política y económica muy severa, en uno de los períodos más difíciles de nuestra historia, con pérdidas netas que no se miden sólo en números económicos, sino en la calidad de nuestra convivencia nacional y de la confianza en nuestras instituciones.

Los reportajes, entrevistas, columnas e historias de nuestra edición aniversario dan cuenta, transversalmente, de lo difícil —y a ratos, frustrante— que ha sido este año en muchos sentidos. Pero también dan cuenta de que se están sembrando las semillas de una recuperación de la economía, así como de los ánimos. De la misma manera que hay muchos retos por delante, también hay muchos actores con ganas y proyectos para enfrentarlos desde el mundo emprendedor, el sector público, la academia o la sociedad civil.

Se ha dicho, por entendibles razones, que 2020 habrá sido un año “perdido”. Y ciertamente eso es innegable en algunos retrocesos que costará revertir. Pero también habrá sido un año de adaptabilidad y respuesta, de resiliencia, y de mucho cambio. Si logramos usarlo como punto de partida para renovar la confianza en el futuro de Chile, podría terminar siendo un año de aprendizaje y proyección, como lo ha sido para DF y muchas organizaciones.