El Banco Central, al presentar su último Informe de Política Monetaria (IPoM) ante la Comisión de Hacienda del Senado, junto con actualizar sus principales proyecciones macroeconómicas, perfiló un nuevo mapa de riesgos para la economía chilena, señalando que en la actualidad “los riesgos contractivos de origen externo se han atenuado, mientras los expansivos de origen interno han tomado más relevancia”.
Si bien el instituto emisor no dramatizó la situación, señalando que la economía chilena ha perfeccionado su marco de políticas para enfrentar situaciones complejas, sí advirtió que en un escenario de desequilibrios “la prevención de estos riesgos va más allá de la política monetaria y requiere de la coordinación de todas las políticas económicas y financieras”. Se trata de una advertencia que el mercado interpretó como un mensaje al sector fiscal, actor muy relevante en la evolución agregada de la economía.
Dado el nivel en que se encuentra la tasa de interés y el desempeño de la inflación en los últimos meses; habida cuenta del comportamiento del tipo de cambio, la trayectoria que ha mostrado el precio del cobre y el impacto que podría tener éste sobre aquella variable, se infiere del último IPoM que en el corto plazo el instituto emisor no tendría contemplado adoptar medidas monetarias, cambiarias o macroprudenciales. Con todo, y dado el cambio de eje en el mapa de riesgos, también se percibe por parte del Banco Central una invitación al fisco como un todo a estar alerta y en línea para actuar en caso de ser necesario para desactivar eventuales desequilibrios que podrían tomar forma en meses venideros.