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Alto contrasteEn busca del control de la agenda
La relevancia que la institucionalidad chilena otorga al Poder Ejecutivo en la toma de decisiones, obliga al gobierno a tener una...
La relevancia que la institucionalidad chilena otorga al Poder Ejecutivo en la toma de decisiones, obliga al gobierno a tener una certera interpretación de las demandas ciudadanas y un consecuente control de la agenda de prioridades públicas, de tal forma de conseguir que sus propuestas se transformen en proyectos concretos, alcanzando acuerdos con la oposición en caso de ser necesario.
Sin embargo, este control de la agenda ha sido particularmente esquivo para las actuales autoridades. Una compleja mezcla de altas expectativas del electorado con una inusitada presión por anuncios, muchas veces incompletos o imperfectos, han derivado en pérdida de respaldo popular, mientras emergen con fuerza “las causas nuevas” ciudadanas, como las bautizó ayer el propio presidente de la República.
Tras el cambio de gabinete se observa, precisamente, esta necesidad de recuperar agenda. Es el inicio de un “segundo tiempo”, como dijo el senador Coloma (aunque sólo ha transcurrido un tercio del período de gobierno, como explicó el propio mandatario), que se suponía estaría marcado por modificaciones en ministerios políticos. En cambio, La Moneda deposita su confianza en la incorporación de figuras políticas en carteras que se asumían de perfil más bien técnico, como Economía o Mideplan.
Como sea, lo importante es que esta recuperación de agenda se concrete de cara a las demandas de la opinión pública, evitando contribuir al desprestigio y alejamiento entre la ciudadanía y la política. De poco ayuda, en este sentido, el traslado de parlamentarios al Congreso. Lógica iniciada en el gobierno anterior y profundizada por el actual.
