En sus Cuentas Nacionales 2012, el Banco Central ha dado a conocer cifras que confirman que, aunque con una velocidad un poco más suave que el año previo, la actividad económica nacional se mantuvo sólida a pesar del convulsionado escenario externo, principalmente en la golpeada zona euro. Así, el Producto Interno Bruto (PIB) anotó una expansión anual de 5,6% el año pasado, una variación que ya había sido adelantada por el registro anual del Imacec. De acuerdo con el instituto emisor, la actividad fue impulsada por todas las actividades -con excepción del sector agropecuario-silvícola- y, en especial, por las contribuciones de servicios empresariales, comercio, servicios personales, minería y construcción.
Otra vez destacó la demanda interna, que creció 7,1%, aunque fue más suave que el 9,1% que marcó en 2011, liderada por el consumo, cuya expansión fue impulsada principalmente por el gasto de los hogares, y también por el significativo dinamismo exhibido por la formación bruta de capital fijo, que aumentó un 12,3% el año pasado.
Del análisis se desprende que el consumo privado subió 6,1% en 2012 y en forma creciente en el año, por un mayor consumo de textiles, prendas de vestir, cuero y calzado, y alimentos, bebidas y tabaco, dentro de los bienes no durables, y de automóviles y electrodomésticos, entre los durables.
Así, la economía chilena está recibiendo un firme impulso desde el año previo, aunque, como lo han apuntado autoridades económicas y analistas, también se debe observar de cerca la veloz marcha de la demanda interna y sus posibles implicancias sobre la inflación.