El Banco Central y la nueva baja de tasas
- T+
- T-
La semana pasada el consejo del Banco Central optó por su tercera baja de la tasa de interés consecutiva y la cuarta en el año para ubicarla en 2,5%, su menor nivel desde septiembre de 2010.
La decisión causó cierta sorpresa, pero no por el movimiento en sí mismo sino por el hecho de que la mayoría del mercado pensaba que ello ocurriría más bien en junio. A estas alturas, no pareciera haber dudas ni cuestionamientos sobre el proceder del instituto emisor dada la debilidad que presenta el crecimiento de la economía y, en conscecuencia, del espacio que dicho escenario le abre a la desaceleración de los precios internos.
Incluso para el presente mes no se descarta la opción que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no varíe o registre una leve disminución.
En adelante, si nos atenemos a las proyecciones de la autoridad, la inflación debiera repuntar hasta las cercanías del 3% deseable hacia fines del ejercicio en curso y seguir en esa línea en 2018.
Dado lo anterior, pareciera que la tarea del banco está bien hecha. La dosis de estímulo monetario que aportó en los últimos meses debiera ser un punto a favor para la reactivación económica.
El desafío mayor, no obstante, incluye a otros actores del acontecer nacional, quizás siendo los más relevantes hoy los candidatos presidenciales.
Con un cuadro de precios internos bajo control, la agenda de los políticos debiera ser sustento para el crecimiento tanto en el corto como mediano y largo plazo. La convicción acerca de lo clave que resulta la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) le ahorrará al país debates bizantinos y despejará la vía para atender las principales necesidades del país.