Crecimiento de la economía
"El crecimiento del ano pasado puso a Chile de nuevo en una senda mas acorde con las expectativas que se tienen acerca de alcanzar en algun momento de esta decada un mayor estado de desarrollo"
Una expansión de 5,7% registró el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) durante diciembre, comparado con igual mes de 2009. Concordante con esta información, dada a conocer ayer por el Banco Central, el crecimiento de la actividad nacional habría sido de 5,2% el año pasado.
A todas luces, se trata de una cifra agregada que invita a un balance positivo, del cual -con razón- se hicieron eco inmediatamente las autoridades de gobierno y, lo más probable, es que ocurra lo mismo desde el Banco Central en algún momento. En primer término, un alza del PIB sobre 5% habla favorablemente de la capacidad de resilencia de la economía nacional. Este resultado -el más alto desde 2005- no sólo representa una recuperación después de la caída de 1,5% que acusó la actividad local como consecuencia de la crisis económica internacional, sino que también da cuenta de la fortaleza de la capacidad productiva interna para reponerse luego del terremoto y maremoto que azotó a la zona centro sur del país en febrero de 2010.
Lo anterior, por lo demás, contribuyó a que aumentara la creación de puestos de trabajo en el país a una velocidad que no se veía en los últimos años y que, en función de ello, se activara la demanda e inversión en el país.
En segundo lugar, el citado resultado puso a Chile de nuevo en una senda más acorde con las expectativas que se tienen acerca de alcanzar en algún momento de esta década un mayor estado de desarrollo.
De hecho, el consenso sobre los términos en que cerraría la economía en 2010 también se extiende a las proyecciones prevalecientes para el presente ejercicio. Alineados con las autoridades, entre los privados existe la percepción de que 2011 ofrecerá un terreno fértil para que el PIB se expanda del orden de 6% e, incluso, existen cálculos más optimistas que apuntan al 7%.
Esta visión se basa en un crecimiento más homogéneo de los sectores productivos. Para algunos de ellos, como es el caso del comercio, significa consolidar otro buen período después del repunte de 2010; y para otros, entre los que destaca la industria, es el espacio propicio para recuperar ritmos de expansión previos a la crisis y el terremoto.
Todo un cuadro auspicioso que tendrá una cara preocupante en la trayectoria de la inflación. Precisamente, un nuevo año de expansión del Producto pondrá presión sobre los precios internos, lo cual obligará al Banco Central a subir la tasa de política monetaria. La duda es el nivel al cual la llevará, sobre todo por el ruido que ello genera en el dólar, cuya cotización persiste bajo los $ 500.