La agencia clasificadora de riesgos Moody’s ha señalado en un reciente informe sobre América Latina que “el ciclo de aumentos a las calificaciones soberanas muy probablemente esté llegando a su fin”. Lo anterior, a juicio de la entidad, debido a que la región sigue sin abordar diversos retos institucionales, los que al no despejarse restringen la posibilidad de futuras mejoras.
Si bien la clasificadora no se cierra a futuras mejoras de clasificación, sostiene que en las actuales condiciones institucionales, es muy probable que el grueso de las economías de la región se mantenga “estable” a lo menos este año. Ello, pese a que se hace un reconocimiento al buen momento que vive la mayoría de las economías en materia de inflación y finanzas públicas, todo en un entorno donde los riesgos externos han estado disminuyendo.
El informe de Moody’s es una invitación a reflexionar sobre aquellos temas no resueltos y que si son abordados podrían ayudar a despejar la pista hacia el desarrollo.
En efecto, parte de América Latina ha vivido un ciclo de bonanza cuyo origen es atribuible en gran medida a las modernizaciones y reformas institucionales emprendidas. Sin embargo, otra parte obedece a condiciones ambientales, en donde la abundancia de divisas y el precio de las materias primas explican una fracción no menor del impulso. Se trata de condiciones que no se pueden dar por permanentes y que deben llevar a los líderes políticos de cada país a promover las reformas pendientes en áreas como innovación, mercado del trabajo, educación, modernización del Estado, entre otras, que son claves para asegurar futuros avances.