A diferencia de los datos que llegan desde Europa y de manera especial desde España, el empleo en Chile desde hace ya un buen tiempo que viene dando noticias positivas como consecuencia del dinamismo que sigue mostrando la economía local.
En esa línea, la semana pasada se conocieron las cifras de desocupación del Gran Santiago que informa al Centro de Microdatos de la Universidad de Chile y que dieron cuenta que esta variable llegó a 6,7% en marzo de este año, lo que supone un retroceso de 1,3 puntos porcentuales respecto al mismo período del ejercicio anterior. Este nivel confirma la tendencia a la baja que se aprecia en materia de desocupación desde fines de 2009, lo que también se evidencia en la información que a nivel nacional entrega el Instituto Nacional de Estadísticas.
De hecho, el comportamiento que ha exhibido dicho indicador está haciendo que los expertos ya anticipen que el desempleo en el Gran Santiago podría llegar a 6% a fin de año.
Pero no obstante el contexto positivo que muestra la economía chilena y que se espera se mantenga durante este año, el panorama internacional en Europa y la desaceleración que evidencia China -principal demandante de cobre a nivel mundial- hace deseable la mantención de una cuota de cautela, especialmente considerando lo delicado que resulta el comprtamiento en el empleo en el ciclo económico. Como se ha dicho, no somos inmunes al contagio.
Por ello, es vital ir introduciendo mayores grados de flexibilidad en el mercado laboral local con el objetivo de adecuarse de mejor manera a contextos económicos más adversos.