La Administración Federal de Ingresos Públicos de Argentina (AFIP) ha elevado de 20% a 35% el impuesto a los consumos con tarjetas de crédito y débito en el exterior -haciéndolo extensivo a la compra de divisas para el turismo-, en una nueva medida del cepo o restricción cambiaria para frenar el fuerte drenaje de dólares en el país.
El anuncio ocurre en momentos en que el peso está bajo una fuerte presión y el blue o informal casi roza las 10 unidades por dólar, mientras las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) han caído unos US$ 10.000 millones en el año para ubicarse en
US$ 31.391 millones a noviembre. La resolución sobre las tarjetas de crédito extiende la aplicación de la percepción (adelanto de impuesto) a las operaciones de adquisición de moneda extranjera -billetes o cheques de viajero- para gastos de turismo y viajes. Asimismo resultan incluidas las transferencias al exterior por turismo y viajes sujetas a validación fiscal.
La medida ya ha disparado las alarmas en el sector turístico de Uruguay -altamente dependiente de los visitantes argentinos-, con un potencial impacto también entre los turistas argentinos en Chile, a las puertas de la temporada alta.