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Alto contrasteEl presidente Sebastián Piñera encabezó en la noche del lunes la conmemoración del tercer aniversario de su gobierno con una eufórica celebración en La Moneda junto a su gabinete, colaboradores y simpatizantes, que estuvo cargada de simbolismos y palabras que apuntaron a un sólo norte: las elecciones presidenciales de noviembre.
Tras enumerar los logros de su administración, comenzando con los avances en la reconstrucción por el terremoto de 2010 y la creación de empleos, Piñera dedicó tiempo para agradecer a los candidatos de la Alianza, Andrés Allamand y Laurence Golborne, y los llamó a “tomar la posta” para que uno de ellos pueda continuar después de marzo “con esta obra”, en una alocución repleta de optimismo y de críticas a la gestión de los gobiernos de la Concertación que le precedieron.
El énfasis dado por el mandatario en apuntar a una sucesión de la banda presidencial dentro de su bloque es legítimo y comprensible y, a las puertas de una definición de una posible candidatura de la ex mandataria Michelle Bachelet en la Concertación, es cada vez más notorio el previsible protagonismo que la campaña presidencial -incluyendo a los otros postulantes- va tomando en la agenda política nacional.
