Un poco de aire fresco para los mercados
SERGIO LEHMANN Economista jefe del Banco BCI
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SERGIO LEHMANN
Los mercados comienzan a reconocer que, tal como se podía anticipar, la política monetaria en Estados Unidos está llevando a un ajuste de su economía, esencial para controlar la inflación. Eso se ha reflejado en una actividad manufacturera en contracción, el enfriamiento del mercado laboral (aunque todavía insuficiente) y presiones inflacionarias que descienden decididamente.
Se ha instalado la convicción de que habría concluido el ciclo de alzas en la tasa de interés en EEUU, dando paso a que, hacia mediados del próximo año, la Fed comience un proceso gradual de recortes en la tasa de política. Esto ha llevado a retrocesos en las tasas de interés y una depreciación del dólar a nivel global.
“Hemos visto cómo el accionar de la política monetaria consigue su propósito. La constatación de este hecho ha sido un respiro para los mercados, que hasta hace poco se veían muy presionados”.
Las bolsas, en tanto, han subido, reconociendo la menor presión que recogen los mercados. Veríamos en los próximos trimestres una suerte de estancamiento de la economía norteamericana, que, al momento en que se vaya ratificando, reafirmará y reforzará los movimientos más recientes de los mercados. Recién hacia fines de 2024 la economía irá recuperando dinamismo, cuando a ese entonces ya se encuentre encaminado el proceso de normalización de las tasas de interés.
En Europa, en tanto, la actividad se ha ajustado con fuerza y la inflación desciende rápido. Ello ha abierto expectativas de que a fines del primer trimestre el Banco Central Europeo comenzaría la baja de tasas. Junto con lo anterior, China muestra un repunte en el margen, reconociendo que la batería de medidas implementadas, aunque todas de carácter más bien menor, han permitido una recuperación del consumo y la actividad. No obstante, se trata de un equilibrio frágil aún, entendiendo que la salud de su sector inmobiliario sigue cuestionada. Como acertadamente señaló recientemente el FMI, la economía china no puede seguir apalancando su crecimiento en los créditos destinados a ese sector.
¿Y cómo andamos por casa? Bien sabemos que Chile es un país pequeño y abierto, por lo que los desarrollos externos tienen un impacto directo sobre nuestro desempeño. La depreciación del dólar global y el repunte en el precio del cobre han permitido una caída del tipo de cambio, al tiempo que las tasas de interés han retrocedido. Ello reconoce espacio para que el Banco Central introduzca en lo próximo bajas más agresivas en su tasa de política. Hacia plazos más largos se advierte una elevada correlación entre las tasas locales y externas, lo que también ha jugado a favor.
Hoy vemos, entonces, condiciones crediticias algo más favorables, con potencial de avanzar más decididamente en esa dirección. Precisamente es allí donde veremos el principal mecanismo para recuperar el crecimiento el próximo año. Pero cuidado, eso no es en absoluto suficiente. Resolver los factores estructurales bien conocidos que limitan nuestro potencial, controlar la violencia y delincuencia en las calles, además de sostener una mayor estabilidad y seguridad jurídica, son claves para dar pasos más firmes hacia el desarrollo.
Volviendo a la coyuntura, hemos visto cómo el accionar de la política monetaria consigue su propósito. La constatación de este hecho ha introducido una bocanada de aire a los mercados, que hasta hace poco se veían muy presionados. Vemos una vez más que un marco de políticas bien definido, flexible y utilizado con responsabilidad permite conducir la economía por una senda de crecimiento bien balanceado. Tomar nota de ello es siempre aleccionador, más aún cuando todavía se reconocen cercanos los intentos de algunos por desviarse de ese camino.