Rendimientos más altos, la expectativa de apreciación del capital y una calidad del crédito que mejora continuamente, son los elementos clave en el fuerte flujo de inversión hacia la deuda de mercados emergentes (EMD). Durante los últimos 15 años, esta clase de activos se ha expandido rápidamente y hoy representa alrededor del 12% del mercado de renta fija en el mundo.
Mejorando la calidad del crédito: El movimiento de la EMD hacia la corriente principal se ha visto respaldada por los bajos ratios deuda/PIB, mayor fortaleza estructural, y un notable mejoramiento de la calidad del crédito. A fines del año pasado, alrededor del 74% de la deuda de mercados emergentes tenía una clasificación de alta calidad, en comparación con el 40% de 2000.
Fue una de las clases de activos con mejor desempeño en 2012, ofreciendo retornos totales similares a la renta variable, desde 13% a 16% para bonos de alta clasificación, hasta más de 20% para los bonos corporativos y soberanos de alto rendimiento. Al mismo tiempo, fue un año récord de flujos de inversión, cerca de
US$ 85 mil millones.
Irse a la defensiva con moneda dura: En 1993, menos del 5% de la deuda de mercados emergentes en moneda dura tenía una clasificación crediticia de alto nivel. Ese número hoy alcanza cerca del 66%. Los bonos de mercados emergentes en moneda dura generalmente están denominados en dólares estadounidenses y son sujeto del derecho internacional. Juntos conforman el área más antigua y mejor establecida de esta clase de activos, y hoy ofrecen un atractivo rendimiento de 4,6%.
Acercándose a lo local: En los últimos 20 años, la deuda en moneda local se ha convertido en el sector más grande de la EMD, con una capitalización de mercado de alrededor de US$ 1,6 trillones y más de 261 bonos emitidos por 17 países, en comparación con US$ 571,9 billones para la deuda de mercados emergentes en moneda dura. Actualmente, el índice subyacente rinde 5,5%.
Un emergente interés en el crédito: El sector de los bonos corporativos de mercados emergentes está alcanzando la mayoría de edad cada vez más rápido. Con US$ 624,5 billones, abarca 43 países, y hoy es más grande que el mercado de deuda soberana en moneda dura.
Creemos que el universo de la EMD ofrece suficiente diversidad para proporcionar, ya sea protección a los activos o retornos totales positivos en la mayoría de las condiciones de mercado. Además, una menor visibilidad y ciclos de mercado reducidos tienden a generar oportunidades para quienes hagan un manejo activo.