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Alto contrasteTasa Máxima Convencional: ¿contrarresta intereses elevados?
La tasa máxima convencional en Chile se remonta a tiempos coloniales. Desde aquel entonces ésta ha sufrido...
La tasa máxima convencional en Chile se remonta a tiempos coloniales. Desde aquel entonces ésta ha sufrido diversos cambios, lo que refleja la necesidad en el tiempo de flexibilizar su cálculo.
Una primera consideración acerca del actual marco regulatorio es respecto al criterio que se utiliza para establecer el parámetro de 50% sobre el interés corriente. Aparentemente este parámetro continúa siendo heredado.
Una segunda consideración es si la actual clasificación por reajustabilidad y moneda, plazo y monto, refleja realmente la diversidad de productos de créditos en el mercado financiero.
Un tercer punto es cuestionarse si en su cálculo se incluye a todo el universo de oferentes formales en el mercado del crédito (casas comerciales).
Es importante no confundir los alcances de esta regulación con temas que responden a otros aspectos, siendo uno de los temas clave la transparencia. Al respecto, sería relevante que los cargos a imputar sean llevados a una tasa efectiva anual (técnicamente posible) de manera tal de homologar la información y poder difundirla.
Por otra parte, es elemental tener en cuenta que dadas las provisiones requeridas, a los bancos muchas veces no les resulta atractivo atender a segmentos más riesgosos; dando espacios a otros oferentes de crédito (casas comerciales). Estos últimos, asumen costos administrativos más altos debido a que enfrentan un mayor número de operaciones por intermediación financiera (colocar diez créditos por $100.000 tiene un mayor costo que otorgar uno por $1.000.000), lo que se traduce en tasas de interés más altas por el mayor costo administrativo. Por otro lado, al ser los individuos que requieren menores montos también los más riesgosos, existe un sesgo adicional para que se les cobre tasas mayores por el mayor riesgo de no pago.
Es de esperar que futuros marcos regulatorios no afecten negativamente la profundidad del mercado del crédito en Chile y que no se generen los espacios para la creación de un sector informal, lo que implicaría tasas de interés más altas.
