Complejo inicio de año
Economista Jefe Bci Estudios
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Sergio Lehmann
No han sido nada fácil estos primeros meses de 2017. Los incendios forestales que afectaron con mucha rudeza a varias regiones del país, más allá del drama social y ambiental que implican, tendrán un impacto negativo en el crecimiento económico de una a dos décimas en el primer trimestre. Al mismo tiempo, la paralización por ya varias semanas de Minera Escondida, que representa en torno al 20% de la producción nacional de cobre, llevaría a una actividad prácticamente estancada en el primer cuarto del año respecto al mismo período del año pasado. Como resultado de ello, si bien se trata de efectos transitorios, el crecimiento de 2017 no será muy diferente al paupérrimo desempeño de 2016. Sumada a esta mala partida, los aluviones de fines de febrero llevaron a cortes de agua potable durante un par de días a una buena parte de la población del centro del país, revelando una vez más la enorme precariedad en materia de recursos e infraestructura que disponemos para hacer frente a los embates de la naturaleza, que de cuando en cuando se hacen sentir con inusitada fuerza.
Entendiendo que las perspectivas para la demanda interna no han cambiado de forma importante, la evolución prevista para la inflación hacia los próximos meses no se ha alterado mayormente. Acorde con ello, veremos que las cifras de inflación en doce meses se acercarán a 2%, el piso del rango meta del Banco Central, lo que da espacio para un mayor estímulo monetario. Cabe consignar, sin embargo, que los efectos en actividad de rebajas en tasas de interés bajo la actual coyuntura son muy menores, entendiendo que son factores más estructurales los que tienen frenada la economía. Más bien contribuye a reafirmar el compromiso del Banco Central con la meta inflacionaria, dadas las holguras de capacidad que se han generado, producto del anémico crecimiento económico que observamos desde hace ya un buen rato.
A nivel global, destacan los anuncios preliminares de Trump en materia fiscal. El gasto en defensa de EEUU crecería 10%, mientras se esperan precisiones para la inversión en infraestructura y plan de recortes de impuestos. Los mercados financieros han respondido positivamente, impulsados además por cifras de actividad que dan cuenta de un buen dinamismo en EEUU. Sin embargo, la incertidumbre aún es alta. Los planes de la nueva administración, que apuntan a una revisión de acuerdos comerciales y alza en impuestos a las importaciones, podrían impactar negativamente el comercio global y reducir la capacidad de crecimiento de la economía mundial. Habrá que estar atentos a los próximos desarrollos en esta materia.
La agenda política local, por su parte, ha estado altamente cargada, pero no con el foco que debería tener. En materia de propuestas programáticas para un próximo gobierno aún no hay nada sobre la mesa, a pesar de la difícil coyuntura económica que enfrentamos. Puede ser que prontamente comencemos a conocer los planes de las distintas opciones presidenciales para sacar a la economía de su estancamiento, y con ello se estimule la inversión, elevemos la productividad y podamos avanzar decididamente en los desafíos sociales que enfrentamos. Es necesario con urgencia abrir ese debate.