Se debe eliminar la Tasa Máxima Convencional
Ricardo Fischer Socio Director Asesorías Fischer & Zabala
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Ricardo Fischer
En Chile no se pueden otorgar préstamos que superen una tasa máxima, la que es fijada regularmente por la Superintendencia de Bancos para diferentes montos, plazos y reajustabilidades. Su existencia constituye una restricción al normal funcionamiento del libre mercado, impidiendo que las diferentes entidades financieras puedan asumir riesgos mayores a los que las limita esta restricción, además de limitar el acceso al crédito a quienes representan dicho tipo de riesgos. Me refiero en particular a los créditos para empresas.
Analicemos la experiencia en mercados desarrollados. A comienzos de los años 80, un joven recién egresado de Wharton llamado Michael Milken abrió el mercado de los entonces llamados “bonos basura” (hoy en día “high yield”). La tesis que sustentaba el negocio para los inversores era que su retorno ajustado por riesgo era atractivo, mientras que a las empresas de mayor riesgo (BB o menos) les daba acceso al crédito. Fue sumamente agresivo para convencer a diferentes emisores de obtener financiamiento por esta vía. Tanto, que terminó en la cárcel, lo que no impidió que su legado sea ampliamente reconocido. Su genial innovación expandió de manera insospechada el acceso al mercado de capitales para empresas que, de otro modo, no habrían crecido a los niveles y velocidad logrados. Por ejemplo, permitió a Rupert Murdoch transformar News Corp en un imperio mediático, y le dio acceso a Ted Turner a los recursos necesarios para comprar MGM y comenzar su imperio de televisión por cable.
Recientemente, Netflix emitió un bono por US$ 1,9BN (clasificado como B+), que será destinado a cubrir el déficit de caja del 2018 (US$ 2,4BN), repitiendo lo que había hecho en 2017. Esto le ha permitido continuar compitiendo con empresas como Google, Disney, Time Warner, etc., en vez de terminar cayendo en manos de alguno de ellos. Similar es el caso de Tesla, perteneciente al reconocido empresario Elon Musk, que luego de colocar un bono por US$ 1,8 BN en 2017 para cubrir su déficit de caja, recientemente colocó otro por US$ 1,4BN, ambos clasificados como B-, lo que no ha impedido que su valor de mercado sea el mayor entre todas las automotrices.
En resumen, gracias a que en EEUU existe libertad para cobrar tasas de interés, usted puede disfrutar viendo Netflix cómodamente en su hogar, u observar cómo Elon Musk tiene a la industria automotriz bajo presión.
La tasa de interés máxima para empresas debe ser eliminada o, en el peor de los casos, relajada, de modo de sacar esta restricción obsoleta que frena el desarrollo de las empresas y la inversión que ellas realizarían; inversión que por lo demás nuestro país tanto requiere. Lo anterior dará acceso a nuevos actores al mercado de capitales, acceso que hoy no tienen. Esto les abrirá oportunidades para poder competir con las empresas dominantes, utilizando el capital que hemos mencionado junto a mejores ideas e innovaciones. Así aumentará la competencia, lo que siempre será bienvenido, pues los consumidores se benefician. Por otra parte, para los inversores aumentaría la cantidad y monto de emisiones, además de la diversidad de riesgos y rendimientos.