Las lecciones de los casos Financoop y Confianza
Ricardo Fischer Socio Director Asesorías Fischer & Zabala
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Ricardo Fischer
Recientemente nos hemos enterado por la prensa de las dificultades financieras tanto de la Cooperativa Financoop como de la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) Confianza, ambas ligadas a miembros de un determinado partido político. Los problemas de la primera salieron a la luz pública en agosto.
Dicha Cooperativa (que se dedica a otorgar créditos a individuos con restricciones en el sistema financiero tradicional, micro y pequeños empresarios, etc.) tuvo un deterioro importante de su cartera, la que por varios años no fue reflejada en sus balances.
El reconocer los castigos correspondientes, se traducirá en una pérdida patrimonial mayor al 50% de este, la que tendrá que ser suplida para poder continuar con sus actividades del giro. En resumen, un mal negocio que ha provocado pérdidas importantes a sus cooperados.
Por otra parte, la segunda sociedad, que opera como una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR), es decir, una institución que busca facilitar el acceso al sistema bancario a las micro, pequeñas y medianas empresas por medio de la emisión de garantías en favor de la respectiva institución que otorga el crédito, luego de varios años de operación, comenzó a tener problemas financieros que recientemente han culminado con una demanda solicitando su liquidación.
Dicha demanda fue interpuesta por Corfo, debido a que las SGR operan con fondos y avales otorgados por esta última. En el caso de esta empresa en particular, Corfo tiene comprometidos alrededor de US$ 50 millones, de los cuales prácticamente la mitad corresponde a fondos entregados para cumplir con el otorgamiento de las respectivas garantías, mientras que el resto corresponde a líneas avaladas por ésta.
En caso que dicha demanda sea exitosa, se extinguirá el aval de Corfo (en torno a US$ 25 millones), mientras que el resto entrará en el respectivo proceso de liquidación. En este caso, los socios de la empresa perderán todo el capital aportado.
Ambas empresas tienen en común el otorgamiento de créditos, donde resulta crítico tener buenos análisis de riesgo al momento de otorgar un préstamo como también un buen sistema de cobranza cuando dicho crédito entra en mora. Como en todas las actividades empresariales, a veces se gana y a veces se pierde. Este último es el caso de ambas empresas.
Contrastemos dicha situación con la de los bancos cuyo negocio, al igual que las empresas mencionadas, está basado en el otorgamiento de préstamos. Dichas instituciones obtienen excelentes resultados, los que se logran gracias a una buena gestión de riesgo crediticio. Es común escuchar que dichos resultados son excesivos. ¿Lo serán? A mi juicio no, pues no son producto del azar, sino que de una buena gestión.
De este modo, cuando políticos, académicos, opinólogos, etc. critican a los bancos cada vez que obtienen positivos resultados en sus negocios, al momento de intentar obtener rentabilidades que los emulen, los mismos que hacen la crítica, obtienen resultados adversos.
En resumen, criticar las altas rentabilidades de los bancos es gratis, pero a la hora de emprender, nos damos cuenta de que “otra cosa es con guitarra”.