Resiliencia ante el cambio climático: un llamado a relevar los riesgos

JUAN CARLOS OLMEDO

Chile, un país marcado por sus contrastes geográficos y ambientales, se enfrenta a desafíos cada vez más apremiantes debido a los efectos del cambio climático. Cada vez son más frecuentes las situaciones climáticas extremas como sequías extensas, pero con períodos de abundantes precipitaciones, o variaciones en los patrones de temperatura que influyen en la propagación de incendios forestales.

Estos son algunos de los eventos que hemos visto en los últimos años, los que dejan en evidencia la importancia de contar con infraestructura resiliente en diversas áreas, tales como energética, hídrica, vial, portuaria y telecomunicaciones. Sin embargo, las acciones para generar conocimiento en torno a este tema están aún en una etapa incipiente.

“Uno de los mayores problemas es la inexistencia de normas que indiquen cómo incorporar las variables climáticas y los riesgos naturales en el diseño de una infraestructura más resiliente”.

El país depende de su infraestructura para impulsar el desarrollo y garantizar la calidad de vida de los ciudadanos, no obstante, no cuenta con mapas de riesgo, salvo para el caso sísmico, lo que evidencia nuestra vulnerabilidad. En este contexto, uno de los mayores problemas es la inexistencia de normas que indiquen cómo incorporar las distintas variables climáticas y los riesgos naturales en el diseño de una infraestructura más resiliente.

Así, la identificación de los riesgos que afecten el funcionamiento de centrales eléctricas, redes de transmisión y distribución, es necesaria para crear estrategias que aseguren un suministro continuo y estable de energía. En materia de recursos hídricos, las sequías prolongadas amenazan su disponibilidad, afectando la agricultura, la industria y la vida diaria. En este ámbito, la resiliencia no solo implica el almacenamiento y distribución eficiente del agua, sino también la identificación de riesgos inducidos por eventos climáticos. Por otra parte, las redes de comunicaciones, indispensables hoy en día para el desarrollo de una gran cantidad de actividades, pueden interrumpir sus servicios como consecuencia de desastres naturales afectando no solo actividades cotidianas, sino que la capacidad misma de respuesta en situaciones de emergencia.

Conocer los riesgos es fundamental para fortalecer la infraestructura. El primer paso, es la construcción de mapas que identifiquen estos riesgos y sirvan para la planificación a largo plazo, la toma de decisiones informadas y la asignación de recursos en áreas críticas. Advertir y comprender el nivel de las amenazas y la vulnerabilidad de la infraestructura permitirá la implementación de medidas preventivas y de adaptación que pueden proteger la infraestructura y la continuidad de actividades, y, también, salvar vidas.

Desarrollar infraestructura resiliente es un imperativo en el contexto del cambio climático: identificar y abordar los riesgos asociados es una inversión en la seguridad y desarrollo del país, un legado para las generaciones futuras. El año 2016, la estrategia elaborada por la Comisión para la Resiliencia Frente a Desastres de Origen Natural propuso la creación de una institucionalidad para alinear los esfuerzos de I+D+i mediante la creación del Instituto para la Resiliencia ante Desastres (iTrend).

Esta tarea debe ser abordada con urgencia y compartida entre el sector público y privado, quienes deben contribuir con recursos y capacidades profesionales para relevar la información que permita generar mapas de riesgo que contribuyan a desarrollar infraestructura resiliente.