Reforma tributaria: ¿clase media olvidada?

Damián Boada

El pasado martes 13 el ministro de Hacienda presentó en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados lo que el Gobierno espera que puedan ser —en un futuro cercano, pero hasta ahora indeterminado— sus indicaciones a uno de los proyectos emblemáticos de la administración Boric en su primer año de gobierno, la reforma tributaria.

Si bien la presentación, como señaló el ministro, fue más bien un resumen del estado actual de las distintas negociaciones que el equipo legislativo ministerial ha tenido con asesores de diputados y de distintos gremios empresariales del país y, por lo tanto, no puede considerarse como la posición definitiva de la cartera en la materia, sí dio luces sobre los temas en los que se ha enfocado la discusión tributaria.

“Se ha señalado al Gobierno que las deducciones al impuesto global complementario no alcanzarán a llegar a las personas que dicen querer ayudar, ya que en Chile más de 75% de los contribuyentes no pagan este impuesto y no hay de donde deducir”.

Así las cosas, no sorprende encontrar gérmenes de indicaciones en relación con impuesto a las empresas (grandes y PYME), normativa antielusión, e impuesto al patrimonio, todos temas muy importantes para asegurar una recaudación sostenible en el tiempo sin dinamitar la capacidad de crecimiento del país. Con todo, se echó de menos en la presentación de Hacienda alguna mención sobre una materia del proyecto de reforma tributaria que afecta directamente a la clase media: las supuestas medidas de apoyo asociadas al pago de arriendo y ejercicio de labores de cuidado. Este último ha sido, por lo demás, un tema puesto en la palestra por la actual Administración.

A este respecto, se ha señalado al Gobierno en varias instancias que los beneficios incorporados en el proyecto de reforma tributaria (deducciones al impuesto global complementario cercanas a los $ 500.000 mensuales por arrendamiento de vivienda y ejercicio de labores de cuidado) no alcanzarán a llegar a las personas que dicen querer ayudar. En efecto, en Chile más de 75% de los contribuyentes no pagan este impuesto, por lo que no hay de donde deducir.

Este problema se puede arreglar técnicamente: si la deducción se transforma en un crédito contra el impuesto determinado, con devolución, esos 3 de cada 4 chilenos que no pagan impuesto a la renta podrían recibir dinero del Fisco cada mes de abril, si calificasen según los criterios de apoyo. Con una modificación como la señalada se lograría un eficiente sistema de transferencias directas a la clase media, materializado por medio del mismo sistema con que hoy Tesorería gestiona las devoluciones de impuestos, que en este caso serían negativos.

Aún queda tiempo de tramitación del proyecto para que el Gobierno, o alguna bancada política en su lugar, incorpore este tema a la discusión. Asumiendo que los problemas de estas medidas son sólo técnicos, y que con esta reforma el Ejecutivo realmente tiene la intención de beneficiar directamente a la clase media —que suele quedar fuera del ámbito de las ayudas estatales—, sería trágico que la medida se transforme finalmente en un beneficio inútil por errores de redacción.