¿Qué busca Obama en América Latina?
Entre los enormes desafíos de política internacional que enfrenta la Administración Obama, como la situación en Libia y en Egipto, el riesgo....
Entre los enormes desafíos de política internacional que enfrenta la Administración Obama, como la situación en Libia y en Egipto, el riesgo nuclear en Japón, la amenaza de Irán, y la relación con China, el presidente Obama se lanzó el viernes a un muy comentado viaje hacia América latina.
Hace semanas que en Washington, y en centros de pensamiento de la región, se debate sobre las razones del viaje, la agenda que busca impulsar, el porqué de la visita a Brasil, Chile y El Salvador, y los resultados que espera la Administración , y la región de esta visita. Algunos analistas comentan que el principal mensaje es el viaje en sí mismo. Que no se deberían esperar resultados concretos, o grandes anuncios, sino más bien el logro es que Obama ha puesto en su agenda darle mayor prioridad a la región y lo demostrará con esta visita.
La selección de los países ha sido cuidadosamente estudiada. Brasil es el país más importante de la región, y la visita del presidente y sus varios discursos así lo confirmarán. A su vez, se nota la creciente “delegación” de liderazgo de Estados Unidos en Brasil al momento de lidiar con temas regionales. Brasil espera que Estados Unidos lo trate de manera similar a otra potencia emergente, India, tal vez apoyando un sitio permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Chile es un ejemplo de desarrollo para toda la región, con una efectiva combinación de institucionalidad, crecimiento económico e integración con el mundo; y pareciera que éste es el motivo principal de resaltarlo. En El Salvador se buscaría destacar la preocupación de Estados Unidos por el aumento de la criminalidad en Centro América, y el narcotráfico, que afecta a estos países, y principalmente a México. Obama anunciaría mayor ayuda financiera para combatir ambos flagelos.
Es cierto que la relación entre Estados Unidos y la región no es mala, salvo algunos países, pero también es verdad que ha disminuido en importancia, tanto en términos políticos como económicos. América Latina está acercando posiciones con Asia, en particular con China. El Banco de Desarrollo de Brasil o la Corporación Andina de Fomento prestan más dinero que Washington a la región. El comercio de la región se ha diversificado hacia otras latitudes. Este distanciamiento pareciera un proceso natural de democracias y economías más maduras, como las que existen en al región, pero algunos se preguntan si no se ha debido también a la falta de una agenda especifica de Estados Unidos hacia la región.
Esta pregunta probablemente surja durante todo el viaje. Moises Naim, del Carnegie Endow-
ment, sostiene que las políticas del Departamento de Estado son más bien las propias de una agencia de desarrollo, más que de política internacional. Promover oportunidades sociales y económicas para todos, un plan de energía limpia, y construir instituciones democráticas, políticas que figuran como prioridades de la Casa Blanca para la región, no parecen incluir una política exterior. A su vez, son prioridades que cualquier país de la región tiene como suyas, aunque no se las destaquen desde Washington.
También se espera que se trate el tema de los tratados de libre comercio, y de preferencias arancelarias, como ATPDEA y GSP. Si bien sólo el Sistema General de Preferencias, que expiró en diciembre tiene un impacto directo en los países visitados (Brasil exporta a Estados Unidos más de US$ 2 billones sin pagar tarifas bajo el GSP), ha sido siempre un eje central de la agenda con la región.
No está incluido en las discusiones oficiales, pero la mayor presencia de Irán y su cercanía a Venezuela, Nicaragua y otros países de la región, no pasará desapercibida al menos en las conferencias de prensa. En las últimas semanas reconocidas figuras en la relación con la región, como el congresistas Eliot Engels, demócrata de New York, y Connie Mack, republicano de Florida, y actual presidente del comité de asuntos hemisféricos del congreso, y el ex subsecretario Roger Noriega, han levantado el tema y generado debate en Washington.
A pesar de las bajas expectativas en términos de grandes cambios o anuncios, que pareciera tener el viaje. No deja de ser una excelente oportunidad para que el liderazgo del presidente Obama y su popularidad en América Latina, permitan lanzar una redefinida relación con la región, desde un aproximación mas de iguales, que vuelva a priorizar el comercio y la importancia de que el continente americano presente estrategias en común para competir económicamente con el resto del mundo.