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Columnistas

PSU y emprendedores

Alan Farcas

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 5 de enero de 2015 a las 05:00 hrs.

Las fiestas de fin de año vienen con el bono PSU, la polémica prueba de selección que sólo mide conocimientos, nada de capacidades o habilidades y que apenas refleja un porcentaje mínimo de la integralidad de una persona y su potencial para los estudios o desarrollo profesional. Como "paliativo", las notas de enseñanza media y el ranking respectivo. Este brebaje tóxico que combina PSU-NEM-Ranking, perpetúa y promueve los antivalores, desigualdad, competencia insana, incentivos perversos en la educación y un pésimo clima escolar.
Pero el modelo definitivamente colapsa cuando vemos si estamos incluyendo variables como liderazgo, iniciativa, pensar en grande, trabajo en equipo, aprender a aprender, saber cuestionar y todas las características que valoramos en los jóvenes de hoy: básicamente que tengan una actitud emprendedora e innovadora.
Desde chicos le pedimos a los niños que no hagan muchas preguntas y dejen terminar la clase. Si un niño es muy inquieto, lo castigamos e incluso lo medicamos. Si tiene la "arrogancia" de cuestionar o disentir, lo etiquetamos de "insolente". Y rematamos con un currículo que ahoga a jóvenes y profesores con un océano de información y un milímetro de profundidad, dejando asfixiada la posibilidad de que hayan procesos creativos, analíticos, inductivos, y las habilidades sociales que de verdad requerirán los jóvenes en el futuro.
En países desarrollados, se entrega una base mínima de conocimiento, dando flexibilidad y enfocando la educación en las llamadas "habilidades blandas", aquellas que tienen los emprendedores y líderes que logran concretar grandes iniciativas en el mundo empresarial, académico, social, político o de cualquier otra índole.
A nuestras escuelas las llenamos de mini PSUs (Simces), y estresamos a los profesores y alumnos en vez de que disfruten del proceso de aprendizaje. Como todo en la vida, si la actitud de sus protagonistas hacia la escuela es negativa, no será mucho lo que podremos sacar como resultados.
Ahora que por fin nos vamos a enfocar en discutir sobre calidad en educación, sería bueno incluir en el análisis la necesidad de complementar y mejorar -casi refundar- el proceso de selección universitaria, logrando dar las señales hacia los colegios para que traigan seres humanos sanos, solidarios, ambiciosos, creativos y con ganas de cambiar positivamente el mundo.

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