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Preparar a las compañías ante “cisnes negros” o “rinocerontes blancos”

JORGE VIO socio líder de los Servicios Forenses y de Integridad (FIS) de EY

Por: JORGE VIO | Publicado: Viernes 22 de diciembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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JORGE VIO

En el mundo actual, las crisis corporativas estallan cada vez más rápido y tienen un impacto más fuerte que nunca, dado el ciclo de noticias de 24 horas y la prevalencia de las redes sociales en nuestras vidas. Como hemos visto en los recientes casos mediáticos, una crisis en una compañía puede ser el resultado no solo de una mala conducta ejecutiva, sino que también la reputación de la empresa puede verse comprometida, si las terceras partes con las que se relaciona están involucradas en prácticas ilegales.

Además, estos incidentes pueden poner en duda la eficacia del directorio de una empresa y su capacidad para proporcionar supervisión y gobernanza de manera eficaz y oportuna acorde a nuestros tiempos.

“Si bien la prevención debe siempre seguir siendo una prioridad, cabe preguntarse qué tan probable es anticiparlas”.

De acuerdo con un reciente estudio “La Voz del Mercado 2023” sobre gobiernos corporativos, la segunda prioridad para los directorios en nuestro país es la gestión de riesgos y temas reputacionales, lo que demuestra la preocupación en esta materia ante la posibilidad de estar involucrados en escándalos que manchen la imagen de la empresa frente a la sociedad y las diferentes partes interesadas. Estos hechos dañan gravemente la reputación corporativa, que es el principal activo de una compañía, ya que nos permite operar en el mercado.

Si bien la prevención debe siempre seguir siendo una prioridad, cabe preguntarse qué tan probable es anticiparlas. Quizás una primera mirada es entender si estos eventos son “Cisnes Negros” esto es, eventos improbables, pero de gran impacto y que no se pueden anticipar con bastante tiempo; o si se trata de “Rinocerontes grises” esto es, riesgos bastante probables y fáciles de reconocer, que -normalmente- son ignorados y que terminan por generar graves crisis.

Si bien no existe una fórmula perfecta, frente a este tipo de eventos hay algunas medidas que las empresas pueden tomar a corto plazo. En primer lugar, construir una gestión de riesgos inteligente, no solo de los riesgos tradicionales, sino también de los riesgos emergentes como los ligados a la ciberseguridad e Inteligencia Artificial (IA).

En segundo lugar, se debe fortalecer la confianza en la inteligencia basada en datos de gestión de riesgos y modelar escenarios que permitan tomar decisiones. Finalmente, ante una crisis reputacional, identificar y remediar la situación de manera efectiva, minimizando el impacto y restaurando la confianza de las partes interesadas. Esto incluye acciones como investigaciones internas, implementación de medidas correctivas, colaboración con autoridades competentes y comunicación transparente sobre las acciones tomadas para prevenir futuras crisis.

Siempre es un “must” contar con sólidos y robustos modelos de prevención dentro de las organizaciones, ya que sirven para proteger y cuidar la imagen de la compañía en un escenario de nuevas regulaciones como la ley de delitos económicos y ambientales que pone la vara más alta en términos de compliance y ética corporativa, proporcionando evidencia tangible que la empresa está abordando sus riesgos de cumplimiento de manera efectiva, tanto de una perspectiva corporativa, como individual.

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