¿Por qué es urgente una Agenda de Productividad?
Mauricio Villena Decano Facultad de Administración y Economía UDP
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Mauricio Villena
Con un alza de 1,4% en el IPC de julio, mayor a lo esperado, Chile acumula en 12 meses una variación de 13,1%, el mayor registro anualizado desde marzo de 1994, presionando a las autoridades económicas a persistir en el combate de la inflación. El “policy mix” macroeconómico para ello requiere que el Banco Central (BC) suba y mantenga altas las tasas de interés durante el tiempo necesario, y que el Ministerio de Hacienda impulse una política fiscal contractiva, creíble, persistente en el tiempo y que contenga el gasto fiscal.
Es precisamente lo que están haciendo hoy el BC y Hacienda, en línea con la calidad y tradición de nuestras instituciones económicas y a pesar del ciclo político. Estas medidas -correctas para controlar la inflación- también han contribuido a la contracción de la actividad económica y puede que incluso a corto plazo el país caiga en una recesión. De hecho, el Imacec de junio en comparación con igual mes del año anterior fue 3,7%, el menor desde febrero de 2021, confirmando la desaceleración y sumándose a proyecciones de más caídas en el crecimiento, aumento del desempleo a fin de año y una recesión importante a partir de 2023. Ante ello, surge la pregunta: ¿cómo combatir la inflación y a la vez recuperar el crecimiento económico?
“Como dijo el Premio Nobel Paul Krugman: ‘Que un país pueda mejorar su nivel de vida a lo largo del tiempo depende casi por completo de su capacidad de elevar el producto por trabajador’”.
Una respuesta técnica factible es propiciar que la curva de oferta agregada se desplace a la derecha, con medidas que aumenten la productividad de la economía nacional. Ello facilitaría una combinación de menor inflación y mayor producción (y a su vez, menor desempleo), justo lo que se necesita hoy y en los años por venir. En la teoría económica, la productividad es la cantidad que puede producirse con determinado nivel de mano de obra; en términos prácticos, mayor productividad implica que las empresas pueden producir más bienes y servicios con la misma cantidad de trabajo, y esto para cada nivel de precios, siendo una medida de ello la producción por trabajador.
Justamente en esa dirección apunta un documento reciente de la SOFOFA, con 15 propuestas concretas de política pública, desarrollo regional y gestión empresarial para aumentar la productividad. Hacienda, por su parte, prepara una agenda de productividad para estimular el crecimiento (aunque típicamente es labor del Ministerio de Economía). Sería una importante señal que Hacienda recoja el guante y convoque a la SOFOFA y otros actores económicos y de la sociedad civil para elaborar esta agenda en conjunto, con medidas específicas de corto y mediano plazo: daría una señal a los mercados de colaboración del Gobierno con el sector privado en medio del clima de incertidumbre, baja confianza empresarial y pobres expectativas de la economía a futuro.
Es bueno recordar que la productividad es la clave del desarrollo económico, en palabras del premio Nobel Paul Krugman: “La productividad no es todo, pero en el largo plazo es casi todo. Que un país pueda mejorar su nivel de vida a lo largo del tiempo depende casi por completo de su capacidad de elevar el producto por trabajador”.