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Padre Hugo Tagle

¿Que pase el próximo?

Por: Padre Hugo Tagle

Publicado: Lunes 22 de abril de 2013 a las 05:00 hrs.

Padre Hugo Tagle

Padre Hugo Tagle

En una carta enviada a un matutino, el presidente del área de educación de la Conferencia episcopal, Monseñor Hector Vega, reflexiona sobre la destitución del ministro Beyer. En su misiva se pregunta con justa razón: “¿Qué significa que en cuatro años, tengamos cuatro ministros de Educación y once en los últimos 17 años? ¿Qué significa recomenzar con el riesgo de caer en improvisaciones cada año y medio?” En efecto, difícilmente esto traerá buenos resultados en un ámbito esencial para un país, lo que requiere seriedad y esfuerzo mancomunado.

Sin reproches pero con la preocupación que nos embarga a todos, subraya que esto es particularmente preocupante cuando se trata de la educación, donde existe la voluntad de generar cambios muy necesarios, consecuencia también de justas y sentidas demandas ciudadanas. “La educación y formación humana y espiritual de una persona, es fruto de largos y pacientes procesos que requieren una base de estabilidad y continuidad” subraya.

Nos debemos preguntar -comenzando por la clase política, a quienes se les confía la conducción del país- si será ésta la forma de lograr consensos clave e indispensables en bien de la calidad en la educación y si estos episodios ayudan a recomponer las confianzas ciudadanas hacia la actuación política, que debe ser valorada. Hay que cuidar la democracia, la misma que hemos construido con esfuerzo.

Continúa Monseñor Vega: “Es probable que la democracia requiera perfeccionar sus instancias para que ellas hagan efectivo el espíritu republicano de sus instituciones, dando plena garantía a los derechos de todos. Respetar la institucionalidad democrática y sus procedimientos no puede inhibirnos en una reflexión autocrítica sobre ellas. Sobre todo en un debate público de esta envergadura, cuyos temas de fondo han pasado a un plano secundario y que han enturbiado con descalificaciones y polarización el clima de respeto que el país requiere en este período preelectoral”.

La destitución del ministro Beyer es una clara invitación a renovar el respeto sagrado a la educación, a proyectos de largo plazo, a pensar en el bien del país y no atrincherarse en la mezquindad de los intereses partidistas. Con la confianza pública no se juega. La educación requiere de políticas de largo aliento, que vayan más allá del gobierno de turno. No puede ser que se juegue a la sillita musical con ella. El desprestigio de la política exige cirugía mayor; acuerdos de largo aliento que permitan mirar con confianza nuestro futuro. Chile se lo merece.

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