¿Ciudad premiada?
La capital del Reyno de Chile, Santiago del Nuevo Extremo, se ha llevado varios reconocimientos en el último tiempo...
La capital del Reyno de Chile, Santiago del Nuevo Extremo, se ha llevado varios reconocimientos en el último tiempo. En buena hora. Lo que le hace bien a la capital, repercutirá en el resto, me imagino. Si ellos sólo alimentan el ego de algunos santiaguinos o nos llevan a dormirnos en los laureles, estamos mal. No quiero ser aguafiestas. La verdad, ellos son un aliciente para hacer las cosas aún mejor. Pero cuidado. Las comparaciones con ciudades del entorno latinoamericano, de un reconocido desmedro de su calidad de vida, no son para pensar que estamos haciendo las cosas demasiado bien. Sabemos que esto habla más bien de lo mal que están otros. Así y todo, hay aspectos significativos en estas declaraciones y vale la pena detenerse en ellos.
La cadena CNN destacó a nuestro querido villorrio como la tercera ciudad más “cautivante” del mundo, tras Tokyo y Shanghai. Ya hace unos meses se había ubicado a Santiago como la tercera ciudad en Sudamérica con mejor calidad de vida. Notable. Y por ahí leí que sería una de las más pacíficas. Datos que nos llevan a hacer una lectura positiva de algunas medidas tomadas el correr del tiempo y a potenciarlas aún más. Cualquiera sea la ubicación que este rincón del globo ocupe en esas mediciones, ello indica que hemos hecho algunas cosas bien y que podemos ir mejor.
Las ciudades las componen las personas. Son ellas su mejor inversión. Y ahí digo amabilidad, respeto, educación, buenas maneras, tolerancia. Pero una buena ciudad será también la que integre a sus miembros; permita un tráfico fluido entre los distintos sectores y se muestre amigable con el entorno.
Una ciudad capital que solo se sirve a sí misma, que es más un peso que un servicio, no sirve. No son los santiaguinos los llamados a decir si se han hecho las cosas bien. Es el resto del país el que debe evaluar si, lo que aquí se cuece, efectivamente redunda positivamente en todos.
Algunos aspectos atornillan en la dirección contraria a una mejor calidad de vida: Transantiago, la mala calidad del aire, la falta de áreas verdes en amplias zonas. Si por “Santiago” entendemos sólo el sector oriente, estamos mal. La integración del resto de las comunas pertenecientes al radio metropolitano es tarea pendiente. Santiago también es la periferia: La Pincoya, Puente Alto o La Legua. Una calidad de vida que no se comparte es más una bofetada al otro que un bien.
Lo urbano es proyección de sus ciudadanos; de lo que cada uno ve en el otro. El objetivo ya no será ciudades premiadas. Apostemos por ciudadanos premiados. Mejor.