Adviento: ponerse en camino
Padre Hugo Tagle @HugoTagle
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Padre Hugo Tagle
La recta final del año es una mezcla entre estrés, ansiedades y, sí, una dosis de esperanza. Una mirada esperanzadora no es ingenua: es simplemente realista, apegada a la verdad, a la vida como se nos presenta, con sus alegrías y tristezas. Por lo demás, es lo que distintos sondeos nos muestran ante la pregunta de cómo será el 2022. Sorteamos un año difícil; si aprendimos bien sus lecciones, afrontaremos mejor el próximo.
El mundo cristiano –todos invitados a celebrar- comienza el camino hacia la fiesta de Navidad. Son cuatro semanas en que se prepara el nacimiento de Jesús. Una fecha que pertenece ya a la humanidad entera; que se ha ido celebrando con distintos tonos, costumbres y sensibilidades, haciéndose espacio en los más distantes lugares y culturas. Pero cuyo inicio se encuentra ahí, en Belén, el humilde pesebre en que nació el Señor.
La perspectiva cristiana de la vida ha moldeado no solo al mundo occidental, sino a toda la humanidad. ¿Cómo sería el mundo sin su irrupción? La pregunta no es válida. Trabajamos con datos, no ficciones. La realidad es que ha irrumpido e impregnado el espacio y tiempo; establecido la forma en que nos hemos ido entendiendo. Traspasa hasta la última fibra del ser humano. Por algo muy simple: lo cristiano es lo humano y lo humano, lo cristiano. Categorías como solidaridad, igualdad, derechos humanos, libertad, justicia, encuentran su planificación ahí, en la sencilla cuna de Belén.
Una declaración de los derechos del hombre jamás se hubiese gestado en una constelación distinta a la judeocristiana. Y no se trata de ser mejores o peores. Es simplemente que lo humano solo se entiende, se configura y hace pleno, a la luz de Cristo. Incluso quienes no son creyentes piensan “en cristiano”, cuando hablan de los valores adoptados, no exentos de dificultades, por la humanidad entera.
La vista de millones se dirige nuevamente a contemplar un simple pesebre, desde donde se nos recordará que somos hijos, hermanos y amigos; no extraños y menos enemigos.
Gabriela Mistral nos dice: “Este tiempo es camino que se abre para la eternidad. Es verdad que se alimenta del Amor. Es vida que fructifica y madura, sin dejar de nacer siempre”.
Serán semanas de mucho ajetreo, tanto producto del fin de año como de la próxima segunda vuelta electoral. Tanto más importante será no dejarse agobiar por lo inmediato y urgente, y atreverse a alzar la mirada, “hacerse al camino” a Belén. Ello regala paz, sabiduría, fortaleza, paciencia y humildad. Virtudes clave para afrontar éste y todo tiempo.