Matko Koljatic

La nueva empresa chilena 2.0

Pienso que estamos en el umbral de una nueva etapa, en que algunas empresas chilenas aspiran a ser compañías globales

Por: Matko Koljatic | Publicado: Jueves 14 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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Fui invitado a la inauguración de la Mina Esperanza. En la visita y escuchando los discursos, pensé que estaba presenciando el nacimiento de una nueva etapa en la evolución de las empresas chilenas.

A fines de la década de los ‘90 edité un libro de casos llamado ‘La Nueva Empresa Chilena’, escritos por profesores de la Facultad de Economía y Administración de la Pontificia  Universidad Católica de Chile. En ese libro analizábamos el gran cambio que habían experimentado  empresas chilenas líderes en la década de los ’90. Lo que pudimos comprobar en esos estudios, era que la empresa chilena había iniciado un fuerte proceso de expansión internacional, invirtiendo en los países vecinos de Latinoamérica, convirtiéndose con el pasar de los años en lo que se ha denominado empresas multi-latinas. Hoy en día reconocemos a empresas como Andina, Arauco, Carozzi, Cencosud, CMPC, Endesa, Falabella, LAN, Recalcine y tantas otras en esta categoría. El foco estratégico fue replicar los modelos de negocios con que se había tenido éxito en Chile en otros países de la región, que tenían culturas y mercados parecidos a Chile. Ahora, pienso que estamos en el umbral de una nueva etapa, en que algunas empresas chilenas aspiran a ser compañías globales, y como tales, referentes en sus industrias. Pienso que Minera Esperanza es un ejemplo de ello.

Por cierto, como otras cupríferas, el mercado de Esperanza es el mundo. En el caso de esta minera, hay una sociedad entre Antofagasta Minerals y un socio estratégico del primer mundo, Marubeni, que tiene el 30% de la propiedad. Con ello, Esperanza integra la cadena del valor de su operación, desde el mineral hasta la refinería, todo ello a una escala tal que le permite compensar con eficiencias en el proceso, una ley de mineral relativamente baja. Sumado a lo anterior, hay otros aspectos en que Esperanza muestra el camino. Uno de ellos es el manejo medioambiental, al implementar una proeza de la ingeniería bombeando agua de mar desde la caleta Michilla hasta la mina (145 kilómetros). Otra arista de esta compañía son sus ‘mejores prácticas’ en el manejo de la seguridad (sin accidentes fatales durante todo el período de construcción de la mina), la contratación y entrenamiento de personal en la zona, y, por cierto, en el hecho que dobla en el porcentaje de contratación de mujeres a otras compañías del sector.

De modo que Esperanza marca rumbos no sólo por su orientación global y eficiencia en el uso de recursos, sino que además por sus prácticas de negocios en lo medioambiental, seguridad, capacitación, reclutamiento y políticas de género. Como se nos dijo  en la ceremonia de inauguración: ‘bienvenidos a la minería de siglo XXI’.

A partir de lo anterior, nos podemos preguntar: ¿cuáles son entonces  los ejes que podrían caracterizar la arquitectura de los modelos de negocios de las empresas chilenas que alcancen posiciones de ‘clase mundial’?

El primer eje debiera ser la incorporación de socios extranjeros de primer nivel, algo que caracteriza a las empresas operacionales del grupo Luksic. Así como en Esperanza el socio es Marubeni, en Banco de Chile es Citi y en CCU es Heineken. Ello permite a las compañías acceder a financiamiento global y a tecnologías de primer nivel. Esta realidad también se observa en otras empresas chilenas de alcance mundial, tales como SQM, CAP, Carozzi y en alguna forma, se refleja en la alianza estratégicas de LAN y TAM. Las multi-latinas que no lo han hecho, probablemente deban hacerlo, si aspiran a seguir creciendo. Con ello, los estándares de gestión pasan a ser de clase mundial. Sin un socio estratégico del primer mundo es difícil lograrlo.

Pienso que el segundo eje estratégico se encuentra en la implementación de mejores prácticas de clase mundial en el manejo de los stakeholders. Sólo con las mejores prácticas medioambientales, de manejo de género, de seguridad, etc., nuestras compañías podrán aspirar a rendir retornos superiores en el mundo actual.

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