Matko Koljatic

¿Está muerto Facebook?

Por: Matko Koljatic | Publicado: Miércoles 15 de enero de 2014 a las 05:00 hrs.
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Si se estudia el comportamiento del precio de la acción de Facebook hay claras señales que muestran que el producto creado por Mark Zuckerberg, hace 10 años, está “vivito y coleando”. De hecho, después de las turbulencias que siguieron a la salida a bolsa de la compañía, en que el precio de la acción cayó a la mitad, desde mediados del año pasado ha tenido una escalada impresionante y hoy supera por 50% el precio al que fue lanzada inicialmente al mercado. También, supera ampliamente lo hecho por el índice Dow Jones, particularmente desde mediados del año pasado.



¿Cómo se explica esta trayectoria del precio de la acción? Parece ser que ello se debió a la irrupción de los teléfonos inteligentes. Según la revista Fortune, que publicó un artículo al respecto hace unos pocos meses, Zuckerberg había cometido un grave error estratégico con los smartphones. Mark pensaba que sus usuarios eran tan adictos a Facebook que entrarían a sus cuentas por la conexión a internet de sus teléfonos. Por lo tanto, apostó a no desarrollar una aplicación para Android y el sistema operativo del iPhone. Pues bien, se equivocó. Los usuarios querían una “app” que les permitiera entrar a su cuenta con un ‘click’. Mark reconoció su error, lo corrigió encabezando personalmente el equipo de trabajo que desarrollaría las aplicaciones que el mercado le pedía y los inversionistas lo premiaron haciendo subir el precio de la acción.

Sin embargo, hay otras señales que indican que Facebook puede estar en peligro. Ayer le pregunté a una de mis hijas si iba a subir unas fotos familiares a su cuenta de Facebook, y ahí fue que me enteré, por su respuesta, que “Facebook está muerto; ya no lo usa nadie”. Sorprendido le pregunté: “¿y, qué estás usando?”. Me contestó: “otras cosas: WhatsApp, Twitter, Instagram”. Curioso, le pregunté: “¿Y, por qué dejaste de usar Facebook?”. Me contestó: “Está lleno de publicidad, ya nadie lo usa”. De hecho, haciendo memoria, recordé que yo tampoco he entrado a mi cuenta de Facebook hace meses.

El problema para Zuckerberg, y cualquier compañía a la que sus clientes la abandonan, es que una vez que un producto entra en la etapa de madurez o declinación del ciclo de vida -quizás la teoría del marketing más comprobada empíricamente- poco se puede hacer para extender la vida del producto. Más vale cosechar lo que queda y como dicen los argentinos, “a otra cosa mariposa”. Claro que tomar este tipo de decisiones de podar el portfolio de aquellos productos que empiezan a declinar en su ciclo de vida, es difícil. Las personas se involucran emocionalmente con los productos que lanzan al mercado, pierden objetividad por lo tanto, y entran a efectuar cambios más bien cosméticos sobre los que proyectan futuros de éxito, que los porfiados hechos desmienten con dureza. Cuando los clientes se van, no vuelven.

Todo lo anterior no es más que la darwiniana realidad del capitalismo. Es lo que el economista austriaco Joseph Schumpeter (1883-1950) llamó “destrucción creativa”. La historia empresarial está llena de ejemplos de compañías que fueron muy exitosas, levantando barreras para prevenir la entrada de potenciales competidores, pero que fueron destruidas por otros emprendedores, que cambiaron el modelo de negocios del incumbente con una innovación que fue preferida por los consumidores. Kodak y BlackBerry son dos marcas que testimonian que el ciclo de vida y la destrucción creativa son teorías robustas que hay que tener presente.

Volviendo a Facebook, hay billones de potenciales usuarios en los mercados emergentes que pueden sumarse a la red. Ellos estirarán algunos años, quizás hasta una década, el ciclo de vida de esta red social. Zuckerberg y sus accionistas ganarán mucho dinero gracias a la publicidad que los avisadores colocarán en su red social. Además, siempre está abierta la posibilidad de vender datos personales (incluso a los servicios secretos de alguna potencia, como acusa Snowden). Pero, el veredicto está a la vista y difícilmente Facebook superará que sus usuarios lo dejen de usar.

Quizás por eso Zuckerberg pago US$ 1.000 millones para comprar Instagram.

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