Más allá de los traspasos: claves para el rediseño institucional de Corfo
NICOLÁS DURÁN Economista Libertad y Desarrollo
A propósito de los millonarios traspasos de Corfo al Gobierno por US$ 3.500 millones para financiar gasto corriente, es clave reflexionar sobre el rol que cumple dicha corporación en el fomento de la inversión, el emprendimiento y la innovación.
En primer lugar, una institución como Corfo debe tener una mirada de largo plazo y constituir una política de Estado y no una de Gobierno.
“Es indispensable que la Corporación tenga autonomía e independencia del Gobierno de turno y del ciclo político. Esto no ocurre hoy, con un consejo conformado por ministros de Estado, lo que expone a Corfo a decisiones de corto plazo con fines políticos”.
Para ello, es indispensable que tenga autonomía e independencia del Gobierno de turno y del ciclo político. Esto no ocurre hoy en Corfo, cuyo consejo está conformado por ministros de Estado, lo que expone a la Corporación a decisiones de corto plazo con fines políticos. La creación de la Agencia de Financiamiento e Inversión para el Desarrollo (Afide) no es un gran avance, pues su diseño de gobierno corporativo es deficiente y Corfo seguirá siendo su propietaria.
Para cumplir con su mandato, Corfo (o su sucesora) debe poseer recursos suficientes independientemente del ciclo económico o el estado de las finanzas públicas. Los millonarios traspasos de Corfo al fisco en 2023 y en 2024 son claros ejemplos de cómo la falta de autonomía puede comprometer su rol.
Por otro lado, una real independencia también le permitiría mantener una política contracíclica, sin el riesgo de que estos recursos sean tomados por el Fisco para financiar gasto corriente que nada tienen que ver con su mandato.
Segundo, es crucial separar la función de “financiamiento para el desarrollo” de la propiedad y gestión de empresas públicas. Al desempeñar ambos roles, Corfo enfrenta un trade-off: los recursos que podrían destinarse a promover la inversión, la innovación y el emprendimiento terminan siendo utilizados para sostener empresas públicas deficitarias.
En los últimos cinco años, al menos cinco empresas públicas con participación de Corfo han presentado pérdidas. El último traspaso al Fisco por US$ 43 millones en 2024 estuvo destinado, en parte, a cubrir las pérdidas de Sasipa, empresa responsable de proveer los servicios de agua potable, electricidad y otros, en Isla de Pascua.
Por último, el financiamiento y promoción de la inversión, el emprendimiento y la innovación debe abordarse mediante una política integral de acompañamiento de los proyectos que ingresan a los programas. Si se avanza en la creación de Afide, ¿cuál será el rol de Corfo? ¿qué grado de complementariedad o sustitución tendrán los programas de las demás gerencias de Corfo con los de Afide? Se debe evitar que estos proyectos pasen por múltiples instituciones o programas en cada etapa de desarrollo, por lo que es necesario que el sistema de apoyo a la inversión, el emprendimiento y la innovación actúe de forma coordinada, eliminando posibles duplicidades de funciones y agilizando procesos.
El rediseño institucional de Corfo no puede reducirse a la creación de una nueva agencia sin resolver los problemas estructurales que hoy afectan su funcionamiento.