Inflación: el retorno
Manuel Bengolea Gerente general Octogone Chile
- T+
- T-
Manuel Bengolea
La inflación en el mundo en general, y en Chile en particular, ha sido benevolente hasta ahora. A pesar de que las fuerzas detrás de esta caída en la inflación son globales, quiero focalizarme en Chile, pues tengo la sensación de que el mercado podría estar subestimándola. Tan solo en mayo, los operadores financieros, en la Encuesta de expectativas del Banco Central, aumentaron los pronósticos de inflación para los próximos 12 meses, desde 2,5% a 2,8%. El problema, y es lo que explico a continuación, es que dicho guarismo se alcanzará en junio, esto es en algo más de un mes.
Muchos acusaron de reacción tardía al Banco Central por la baja inflación en el 2017, cuando lo cierto es que la brecha entre expectativas y lo efectivo se debió en parte a la apreciación del peso (alza del precio del cobre desde US$ 2,6 a US$ 3,26 la libra) y a la pronunciada caída en la actividad interna (cuatro años consecutivos de contracción en la inversión), que entre otras cosas fue capaz de compensar el alza en el precio del petróleo (desde US$ 53 a US$ 60 el barril). En el 2018, la economía chilena está enfrentado fenómenos similares pero inversos. Esto es, el peso se deprecia por el estancamiento del cobre y el alza de las tasas de interés en EEUU, y sube el precio del petróleo, más de lo que esperaba el mercado. Si a lo anterior le agregamos que el nuevo gobierno ha traído consigo un alza en las expectativas de empresarios y consumidores, y la economía muestra evidentes signos de mejoría (aunque aún se explica por alza de la actividad minera), que se prolongarían por otros 18 meses, de no mediar una crisis política externa, entonces el incremento en la actividad económica tendrá su efecto en los precios.
En efecto, es probable que la inflación supere la barrera del 3% entre agosto o septiembre de este año y termine en diciembre alrededor de 3,3%. Cabe consignar que el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) mencionó que sus proyecciones dependían de la estabilidad del tipo de cambio, cosa que hoy está lejos de ser efectivo. Con lo cual la convergencia de la inflación a 3% será más pronto de lo esperado.
La pregunta del millón es si la Tasa de Política Monetaria (TPM), se mantendrá en torno a sus actuales niveles (2,5%) como explícitamente dijo el Central en el último IPoM, o a la luz del nuevo escenario de inflación y actividad económica comience a modificarla más hacia el nivel de neutralidad, antes de lo esperado. El consejo del instituto emisor menciona en dicho informe que el 4%–4,5% se alcanzaría hacia el 2020.
En conclusión, el escenario base del Banco Central está siendo superado por la realidad, con lo cual sus proyecciones deberán adelantarse acorde a ello. Esto es: cuando el horizonte de expectativas de inflación supere el 3%, en pocos meses más, se vendría un alza de la TPM de al menos un cuarto de punto. Sin embargo, el plan de austeridad fiscal anunciado por Hacienda, podría cambiar el escenario. Es decir, si se concretan los recortes de gasto fiscal, le darían más grados de libertad al Central. ¿Estará conversando Felipe Larrain con Mario Marcel para coordinarse?