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Columnistas

Lifting al gasto fiscal

RODRIGO MONTERO Decano de la Facultad de Administración y Negocios, Universidad Autónoma de chile

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 20 de marzo de 2025 a las 04:00 hrs.

“Reducir grasa: ¡llame ya!”, así se anuncian algunos productos, casi milagrosos, que tendrían el poder de disminuir la grasa corporal en poco tiempo. Y en vista de la promesa, a veces, la gente confía y los adquiere. Pero la verdad es que si usted quiere reducir grasa, es muy probable que un verdadero especialista en el área le recomiende un tratamiento integral, con efectos que se verán solo a mediano y largo plazo –si es que los sigue al pie de la letra–. De milagroso ¡nada!

Algo similar ocurre con las cuentas fiscales del país. Reducir la grasa, es decir, el excesivo gasto público, puede parecer –sobre todo desde fuera– una tarea rápida de ejecutar, sin contratiempos, sin resistencia, casi milagrosa. Pero la verdad es que la política fiscal es un tema muy complejo, y en donde es difícil “mover la aguja”. Y si queremos de verdad reducir esa “grasa”, –que, dicho sea de paso, hoy es más necesario que nunca por la estrechez fiscal por la que atraviesa el país– entonces, necesitamos un tratamiento integral, que solo tendrá réditos a mediano y largo plazo. Uno que concite un amplio respaldo. ¿En qué podría consistir este tratamiento?

“Es aconsejable que un experto técnico,autónomo, sin conflictos de interés lleve a cabo este análisis. ¿La Comisión Nacional de Evaluación y Productividad? Podría ser”.

En primer lugar, sería aconsejable que un experto técnico, independiente, autónomo, sin conflictos de interés, pudiera llevar a cabo este análisis, para definir el tratamiento –¿La Comisión Nacional de Evaluación y Productividad? Podría ser–. La labor consistiría en identificar aquellos gastos que se pudieran ajustar a la baja.

Por ejemplo, el que hace el Estado en programas sociales es significativo y constantemente las evaluaciones arrojan elementos de preocupación: bajo impacto, población objetivo no identificada claramente, sobre intervención de población y problemas de diseño, entre otros. No se puede cortar todo de la noche a la mañana, pero sí se puede definir un programa de cierre paulatino.

Otro candidato a formar parte de este “lifting de grasa” es el gasto corriente, en particular, en personal. Aquí es necesario avanzar en dos frentes: por un lado, evaluar la dotación actual de funcionarios públicos.

Probablemente, esto revelará que existe una sobre dotación en distintas áreas y que hay un espacio de optimización. Por otro lado, se debería promover activamente el retiro de aquellos funcionarios de mayor edad, de tal manera de dar cabida a talento joven, nuevo, nativos digitalmente, que permita sustentar un impulso modernizador de la administración pública

Pero tampoco debemos desprendernos de aquel talento estratégico, que acumula experiencia en áreas clave y que, al desvincularlos, podría dañar el funcionamiento del aparato estatal. Es bien sabida la pérdida de capital humano que ha sufrido la Dipres en el último tiempo y que ha generado un impacto no menor en la proyección de los ingresos fiscales del país.

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