Un continente de elecciones: ¡felizmente es así!
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Leonidas Irarrázaval
Durante un largo tiempo, los gobiernos militares se sucedían uno tras otro. A veces cambiaba la composición de las juntas, con un nuevo caudillo. En Perú viví cuatro gobiernos militares hasta llegar al general Velasco Alvarado. Fue derrocado por sus propios colegas, menos belicosos hacia Chile, encabezados por el general Morales Bermudes.
En Chile, un solo capitán general durante 17 años hasta que nos cansó a la mayoría y elegimos un “arcoiris” incierto, pero al menos vestido de civil. La tendencia actual es reelegir, “democráticamente” a los mismos gobernantes, hasta llegar a 20 años.
Estados Unidos acaba de reelegir a su presidente por un segundo período, tras ardua lucha electoral muy ajustada. Siguió así una costumbre interrumpida sólo por los ex presidentes Carter y Bush padre. América Latina no está entre las prioridades ni de demócratas ni de republicanos, como quedó demostrado en los debates televisivos, especialmente en el último, dedicado a temas internacionales.
En México hubo elecciones pocos meses atrás. Triunfó el candidato del PRI. El de izquierda, López Obrador, volvió a desconocer los resultados de los comicios, sin éxito. Lo que necesitaba México era un cambio para terminar con el narcotráfico y las matanzas masivas. Ojalá suceda.
En Centroamérica, Costa Rica sigue siendo el baluarte de su democracia y el resto, con altos y bajos, continúa un camino constitucional.
Cuba parece lentamente a una mayor libertad. ¿Dependerá de la férrea salud de Fidel, que ya parece un extraterrestre? Haití, el más pobre de todos, recién saliendo de los escombros de su terremoto posterior al nuestro y con un músico popular de Presidente. Mira con fascinación a su vecino República Dominicana, cada vez más floreciente gracias a un turismo extraordinariamente bien organizado.
Venezuela, sin el cambio que muchos esperaban, ¿dependerá también de la salud del presidente Chávez? se rumorea que está preparando su sucesión, por sí acaso. Su vecina Colombia conversa con las FARC. Ya el hecho que el gobierno se reúna con ellas es bueno, aunque los resultados demoren mucho tiempo. El que Chile esté de “acompañante” aumenta nuestro prestigio, aunque ese rol sea mínimo, por el momento.
Perú y también Bolivia, esperando el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya para iniciar nuevas acciones. Nada bueno podemos esperar de sus gobiernos nacionalistas extremos. En Argentina se reeligió a su presidenta. La Fragata Libertad y su retención en Ghana lo resume todo. El inmenso Brasil mirando nuevamente a Lula, en medio de varios escándalos de corrupción. Paraguay, aumentando el registro civil presidencial y con un nuevo mandatario aún no reconocido por todo el subcontinente.
Uruguay, el país más culto del continente, próspero y con una democracia intachable. Chile, saliendo de sus elecciones municipales con una importante derrota de la coalición de gobierno. Ahora inicia una carrera presidencial adelantada y muy incierta para el gobierno. Es un hecho que somos un país de centro-izquierda y que lo demás han sido escasos gustos que duran muy poco.