La hora de la verdad
Constanza Hube P. Abogada y profesora UC
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Constanza Hube P.
Ha llegado la “hora de la verdad” en el proceso constitucional. Se ha iniciado la etapa de votaciones por parte de los consejeros constitucionales. Se trata de un período crítico, no sólo por el acercamiento a pasos agigantados al plebiscito de diciembre, sino también porque dejaremos de referirnos a “posibles normas” para hablar en propiedad de contenido de la Constitución que se le ofrecerá al país a fin de este año.
¿En qué contexto se están desarrollando estas votaciones? Uno en que la ciudadanía está desconectada de la discusión constitucional, lo que es lógico, ya que este tema se ha extendido por años, incluyendo varias instancias electorales, además de que las prioridades ciudadanas sin duda que son muy distintas. La inseguridad, el empleo, el aumento del costo de la vida, la salud son hoy los temas urgentes para las personas. Adicionalmente, luego del rotundo fracaso de la Convención Constitucional, la ciudadanía tiene claro que una Constitución no es una varita mágica que permita solucionar todos los problemas, especialmente los problemas sociales.
“El costo que ha pagado Chile desde octubre de 2019 hasta hoy ha sido muy alto como para no ponerle ganas a la Constitución en la última milla”.
La Constitución no es actualmente una prioridad, qué duda cabe, sin embargo, sí es muy importante. Es la norma que permite defender a las personas frente a las arbitrariedades del Estado, la que estructura el sistema político de los países, la ley que aumenta o disminuye los riesgos de que existan crisis institucionales, la que limita el poder del Estado y reconoce los derechos fundamentales y libertades de las personas.
¿Tenemos hoy, una buena Constitución? En términos generales, sí, pero podría ser mucho mejor y esta es una buena oportunidad para aquello. Quizás un aspecto relevante en este sentido es la fragilidad de nuestro sistema político, que privilegia la fragmentación por sobre la gobernabilidad y que genera las condiciones para una verdadera parálisis institucional. Se requiere volver a una lógica de entendimiento y de mayorías, y para eso es necesaria una cirugía mayor al sistema electoral (que juega un papel constitucional importante) y a la estructura del sistema político.
A sólo unos días de conmemorar el primer año del plebiscito del 4 de septiembre pasado, en que las personas le dijeron que sí a la unidad por sobre la división y a la libertad por sobre la opresión, es imprescindible por parte de los consejeros constitucionales y los distintos actores políticos poner al país primero. El costo que ha pagado Chile durante estos años, desde octubre de 2019 hasta hoy, ha sido muy alto como para no ponerle ganas en la última milla y hacer todos los esfuerzos necesarios para tener una Constitución que devuelva la institucionalidad y les entregue seguridad a las personas.