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Columnistas

La frágil economía mundial

En menos de una semana hemos observado como el destino del crecimiento global depende de las decisiones que se toman en Bruselas y Washington...

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 28 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.

En menos de una semana hemos observado como el destino del crecimiento global depende de las decisiones que se toman en Bruselas y Washington. Si bien esta situación no deja de ser un hecho anecdótico, es una muestra del delicado momento que vive la economía mundial, donde la línea que nos separa de una nueva crisis se ha hecho muy tenue.

Uno de los aspectos más preocupantes es que las decisiones que se están tomando no logran convencer de que la salida a los problemas de solvencia sería con mayor crecimiento y, a su vez, recaudación fiscal. Corresponde destacar que en Europa la situación de los países periféricos es asfixiante: alza de impuestos, recortes de gastos, altos pagos de interés y proyectos de inversión paralizados. Se suma a esto las recientes preocupaciones sobre las economías del centro, especialmente Italia. Por su parte, en Estados Unidos un recorte de gasto se daría en un contexto poco propicio, donde la economía no opera a plena capacidad.

Hasta ahora la política monetaria expansiva en los países desarrollados no ha demostrado ser lo suficientemente efectiva para apuntalar el crecimiento. En este sentido, mientras no se recupere la confianza de la economía real es poco probable que se avizore demanda futura y se retomen los proyectos de inversión. No se puede descartar que nuevos paquetes de estímulo monetario no logren conseguir los efectos esperados sobre el crecimiento.

Dado el trauma que generó la caída de Lehman Brothers, es altamente probable que Estados Unidos y Europa continúen buscando evitar que se genere una crisis de liquidez como la ocurrida en el año 2008. Sin embargo, el “fantasma” de los problemas no resueltos, pueden dejar al mundo desarrollado sumido en una trampa de liquidez por un periodo de tiempo prolongado, lo que significaría bajo crecimiento para estas economías.

Es de esperar que los shocks transitorios de la primera parte del año -el terremoto en Japón y el alza del precio del petróleo- expliquen gran parte de la desaceleración que ha experimentado la economía mundial en estos últimos meses. Una mejora en las expectativas sería el mejor antídoto frente al escenario de incertidumbre que vive el mundo en estos días.

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