Innovación y productividad: el rol del Estado

Eduardo Bitran

El Global Innovation Index 2022 (GII22), elaborado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, se enfoca en tratar de entender los factores que explican por qué el desarrollo tecnológico disruptivo no se ha traducido en innovaciones que impulsen el crecimiento de la productividad de los países.

Las revoluciones tecnológicas previas han sido el factor que explica el crecimiento de la productividad desde la primera revolución industrial, a través de la difusión de tecnologías que cambiaron la forma de producir y movilizarnos. Sin embargo, la cuarta revolución industrial aún no muestra un impacto significativo en productividad y crecimiento del ingreso per cápita en la mayoría de los países.

“Es fundamental que la política pública juegue un papel en asegurar que se difundan y adopten las nuevas tecnológicas para romper la tendencia al estancamiento de la productividad”.

El GII22 concluye que dada la magnitud de las oportunidades que ofrecen los nuevos desarrollos tecnológicos es fundamental que la política pública cumpla un rol en asegurar que se difundan y adopten las nuevas tecnológicas para romper la tendencia al estancamiento de la productividad. Al Estado le asigna un rol en impulsar la investigación orientada a resolver los grandes desafíos que enfrenta la sociedad actual.

Un aspecto clave que se enfatiza es la necesidad de promover la “traslación y adopción” de los resultados de la investigación, no sólo a través de impulsar desde la oferta la transferencia de tecnología, sino también políticas orientadas a la generación de demanda sofisticada en áreas específicas, ya que “no se puede dejar al mercado solo”. La incorporación de tecnologías disruptivas que desafían los “modelos de los incumbentes” no puede inhibirse por la carencia de algún “ingrediente esencial”.

La introducción de innovaciones sistémicas está sujeta a fallas de coordinación, cuando se debe crear la demanda en un contexto en que el desarrollo de oferta implica requerimientos de infraestructura, capital humano específico, bienes públicos y regulaciones. El informe plantea que el sector público desarrolle “políticas inteligentes de estímulo a la demanda”. En particular, menciona las compras públicas y el cofinanciamiento de inversión innovadora, ya que los mercados financieros no estarían en condiciones de tomar estos riesgos, por si solos.

En el caso de Chile, llevamos 15 años con crecimiento negativo de la productividad total de factores, no hicimos una inflexión a una economía más basada en innovación. Enfocarnos en grandes desafíos societales, tal como señala el GII22, es una oportunidad de mejorar la competitividad de nuestra economía, promover inversión y la creación de empleos de calidad.

Para ello se requiere un rol activo del Estado, resolviendo fallas de coordinación y de mercado, que inhiben la innovación sistémica y a nivel de la empresa. El presupuesto 2023, en que una proporción significativa de los recursos extraordinarios del litio se asigna a impulsar una política de desarrollo productivo sostenible, va en la dirección de las recomendaciones del GII22, para recuperar el rol de la innovación en impulsar la innovación y productividad.