Información ambiental: ¿cómo reducir las incertezas?
CRISTIÁN ROMERO Director Jurídico Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP)
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CRISTIÁN ROMERO
En las últimas semanas se conocieron retrasos importantes en los procesos de evaluación ambiental de diversos proyectos. Casos como el rechazo anticipado de la Central Paposo o las nuevas observaciones a los puertos en Copiapó y Valparaíso resaltan, más allá de sus diferencias, la importancia de la fase preparatoria de ingreso a la evaluación ambiental y sus efectos en los plazos y costos del desarrollo de inversiones en Chile.
La adecuada caracterización de los componentes ambientales es clave para identificar la generación de impactos significativos derivados de un proyecto. Por ello, la descripción detallada de su área de influencia es esencial, ya que permite construir una línea base con toda la información necesaria para identificar y valorar dichos impactos. Esto implica llevar a cabo las intervenciones necesarias para obtener esa información y también gestionar los permisos que las autoricen, lo que puede extenderse entre 18 y 30 meses antes del ingreso al SEIA.
El ejemplo de Singapur, que con un mapa 3D y drones recopila información del territorio en tiempo real, muestra cómo pueden reducirse plazos y eliminarse barreras de entrada para proyectos medianos.
A esto se suma que la correcta caracterización de los componentes ambientales afectados requiere la contratación de consultorías especializadas y el desarrollo de campañas en terreno, cuyos costos se han incrementado significativamente en los últimos años dado que los requerimientos para la evaluación ambiental exigen cada vez mayor precisión y detalle. Como consecuencia, tal como reflejan los casos mencionados, surge una variable de incertidumbre sobre el alcance y completitud de la información recopilada, lo que puede retrasar el ingreso a la evaluación del proyecto o dilatarla en forma significativa.
¿Qué hacer?
Una posible solución sería el levantamiento de líneas base públicas que incluyan una descripción detallada de los elementos del medio ambiente en un territorio determinado, validadas por los servicios públicos como fuente de información completa y confiable. Esto simplificaría y objetivaría la construcción de la línea base para evaluar los impactos específicos de un proyecto. Actualmente, el Ministerio del Medio Ambiente está licitando la creación de líneas base públicas para algunas zonas del país, lo cual representa un valioso primer paso.
Sin embargo, es pertinente mirar referentes internacionales. En 2023, se completó el proyecto Virtual Singapore, un gemelo digital del país. Esta iniciativa, que comenzó en 2012, incluyó la creación de un mapa 3D para optimizar el uso del limitado terreno disponible. El proyecto, complementado con drones equipados con escáneres láser que recopilan información del territorio en tiempo real, tuvo un costo aproximado de US$ 50 millones.
Implementar algo similar en Chile podría reducir o incluso eliminar una fase completa de la ruta crítica de los proyectos, impactando significativamente en los plazos de aprobación. Además, se eliminaría una barrera de entrada cada vez más alta para proyectos medianos, que suelen enfrentar dificultades para financiar los actuales requerimientos de información ambiental. De este modo, se elevaría el estándar de los proyectos, al tiempo que se otorgaría mayor transparencia y previsibilidad a las decisiones de la autoridad. No parece una mala inversión.