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Industria 4.0: la revolución industrial que viene

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No fue sólo el hecho que la canciller Angela Merkel junto con Wladimir Putin inauguraran la HannoverMesse, la feria industrial más grande del mundo, lo que llamó la atención a los medios y el público que en masa visitara este evento tecnológico de primer nivel.

Fue la visión de futuro que entregó esta muestra respecto al mundo del trabajo del futuro. Se habla de Industria 4.0 -una nueva revolución industrial que completa los cambios radicales que implicaron en su tiempo la máquina a vapor, la electrificación y la producción continua en las fábricas automovilísticas. Esta vez se trataría no sólo de automatización y robótica que pueden reemplazar al ser humano en aquellos pasos productivos repetitivos y pesados. La nueva calidad estaría en la capacidad de las nuevas máquinas de adaptarse y autoregularse frente a procesos y entornos que pueden cambiar.

La importancia de esta nueva revolución está clara para Alemania, que junto a países como Japón y Corea del Sur es de las economías donde la producción industrial representa a más de un cuarto de su PIB, diez puntos más que en EEUU, Francia o Inglaterra. Mantenerse competitivo en el mundo no puede pasar por una producción masiva de productos, sino por una constante búsqueda de nuevas soluciones y sistemas que incorporan innovación, investigación y desarrollo. El ecosistema de innovación que requiere el desarrollo de esta cuarta revolución industrial es clave: hablamos de los clusters de alta tecnología donde empresas grandes, medianas y pequeñas, centros de I+D, universidades y el sector público se complementan y refuerzan mutuamente en pos de una constante superación y la búsqueda de lo aún imaginable. ¿A qué nos llevará Industria 4.0 ? A un nuevo mundo para aplicaciones de informática y telecomunicaciones, a mayores eficiencias en el uso de materiales, al uso de nuevos materiales y, por sobre todo, a un nuevo mundo laboral. Más creativo, más flexible, pero también más exigente en términos de su formación y capacitación.

¿Habrá campo para Chile en esta nueva revolución? Creemos que sí, especialmente en su sector más esencial, la minería. A primera vista pareciera ilusorio, pero en la búsqueda por mayor productividad y competitividad, por ganarle a los crecientes costos de explotación, deberíamos estar dispuestos a mirar con otros ojos y desde un nuevo ángulo a los procesos productivos de la minería en Chile. Aprovechemos el interés de la economía alemana en un partnership más estratégico con nuestro país y coloquemos estos temas sobre la mesa. El Foro chileno-alemán de Minería y Materias Primas Minerales podrá ser para ello la plataforma ideal.

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