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Índice Global de Pensiones: seamos serios

FERNANDA GARCÍA Subdirectora ejecutiva Faro UDD

Por: FERNANDA GARCÍA | Publicado: Lunes 23 de octubre de 2023 a las 04:00 hrs.
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FERNANDA GARCÍA

La semana pasada se dio a conocer el Índice Global de Pensiones (Mercer y CFA) 2023, ranking que compara los distintos sistemas previsionales del mundo utilizando el promedio ponderado de tres pilares y 50 indicadores (adecuación 40%, sostenibilidad 35%, e integridad 25%). Este año Chile recuperó el liderazgo regional, subiendo dos puestos respecto de la medición de 2022 (lugar 14 de 47).

Como cada año, en Chile y el mundo la divulgación de este prestigioso indicador es objeto de cuidadas reflexiones y análisis por voces relevantes privadas y públicas. Esta deliberación compartida no obedece a un capricho: no es un ejercicio de autocomplacencia o autoflagelación según lo favorable o adverso del resultado. Tampoco es un asunto ideológico, si bien es entendible que pueda incluir matices políticos. La reflexión pública sobre indicadores serios como éste, para los actores económicos, es un deber.

“La reflexión pública sobre indicadores de calidad como el de Mercer y CFA, para los actores económicos, es un deber. Por eso no se entiende la respuesta de la ministra del Trabajo y Previsión Social, consultada al efecto”.

Por eso no se entiende la respuesta de la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeanette Jara quien, consultada al efecto, expresó que, pese a que Chile fue el mejor evaluado de Latinoamérica, “a nosotros el tema de ranking en las pensiones no lo medimos en relación a ese estudio o a algún otro en particular, sino que a cómo viven las personas del país y eso es lo que nos tiene que interesar”.

La ministra afirma una obviedad: una cifra o un ranking no agota la complejidad de la realidad que cuantifica. Cuando éste además responde a una metodología seria, como ocurre aquí, la cifra no es ni se presenta a sí misma, como un dogma totalizante que sentencia la bondad o el fracaso de un sistema. El propio estudio advierte sobre su extensión y validez científica (y sugiere mejoras aun para los primeros lugares del ranking).

Es en virtud de ese mismo rigor, que los índices son indispensables en el diseño de políticas públicas serias. Ellos permiten basar la reflexión -en este caso, en materia de pensiones- no en corazonadas, intuiciones o sesgos ideológicos, sino en la realidad que podemos conocer. Ella, sin duda, ha de ser iluminada ex post por las convicciones éticas y políticas legítimas y diversas, para poder diseñar reformas y acciones concretas. Pero no puede ser ignorada ni desacreditada, ya que sólo a partir de eso podemos debatir.

Entonces, cuando la ministra afirma lo obvio (el índice no agota la realidad), no sólo no aporta al debate, sino que lo degrada, porque elige desestimar los hechos cuando ellos (presumiblemente), no acompañan su agenda política.

Hace casi exactamente un año, y con ocasión de la pandemia, la ministra declaraba en este medio que era indispensable seguir los reportes e indicadores mundiales, detallando incluso un listado que consideraba relevante. Hoy, sin embargo, nos dice que el Índice Mercer es solo un número y agrega que, si algo vale la pena destacar, es que la buena evaluación de Chile se debe al factor PGU a partir de Bachelet. Este factor es, efectivamente, una de las fortalezas que Mercer destaca. Pero Mercer también muestra que el pilar “integridad” (que se relaciona principalmente con los sistemas privados de pensiones y evalúa la regulación, gobernanza, protección y comunicación a los afiliados), aumentó en forma considerable en el caso chileno desde 2022, colocando a nuestro país en la posición número 9 a nivel mundial.

¿No será relevante para la ministra entender al menos este dato para el diseño de su propuesta de reforma de pensiones?

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