El presidente, la primera dama y los ministros
Piñera cae dentro de la categoría narcisista productivo perteneciendo a un selecto grupo de personas que cambiaron la historia y de la humanidad
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Francisco Armanet
En uno de los artículos más leídos de Harvard Business Review, el psicoanalista M. Maccoby, describe la personalidad de los líderes desde una perspectiva freudiana. En opinión de Maccoby, las personalidades narcisistas son las que más se acercan a nuestra imagen de un gran líder. Según el analista, los narcisistas tienen muy claro hacia donde quieren ir, poseen una gran visión que inspira y motiva a las personas de las organizaciones o países que dirigen. Normalmente estos líderes son buenos oradores y gozan de una gran habilidad para convocar a talentosos colaboradores. Según Freud, los narcisistas son personas que sienten una especial satisfacción en ayudar a otros, a asumir el papel de líderes, y dar un estímulo fresco al desarrollo cultural o cambiar el Status Quo. Pero el mismo Freud reconoció que el narcisismo tiene su lado oscuro y peligroso; los narcisistas no son empáticos, no escuchan, no aceptan la crítica, se irritan con facilidad, son desconfiados, desean saberlo y controlarlo todo, buscan la adulación y si los resultados de sus gestiones llegan a ser sobresalientes, puede aflorar en ellos un destructivo espíritu de grandiosidad.
El autor divide la personalidad narcisista en dos clases: productivos e improductivos. Según Maccoby, la lista de narcisistas productivos es larga y destaca a figuras como Napoleón, Roosevelt, Churchill, H. Ford, Rockefeller, JF Kennedy, Gates, Jobs y Welch. En opinión del suscrito, el presidente Piñera cae dentro de la categoría narcisista productivo perteneciendo a un selecto grupo de personas que cambiaron -o están cambiando- la historia y el futuro de la humanidad. El problema es que, en determinadas circunstancias los narcisistas productivos, pueden transformarse en improductivos e incluso derivar en narcisistas patológicos o malignos. Entre éstos últimos, podemos identificar a líderes como Stalin, Hitler, Milosevic, Chávez y Castro. La lista de narcisistas puramente improductivos es aún más larga. Sin embargo, podemos estar tranquilos de que el presidente Piñera se mantendrá como un líder productivo porque su casa está construida sobre dos rocas firmes. En primer lugar están los ministros; casi todos ellos dotados de un intelecto brillante, una sobresaliente capacidad técnica y una equilibrada dosis de humildad y coraje. Por otro lado, contamos con la presencia activa de una Primera Dama sencilla, criteriosa y sensible, que ha demostrado con hechos una efectiva capacidad de mantener al presidente con un cable bien conectado a tierra.
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Stanford determinaron la existencia de una forma más efectiva de dirigir, acuñando el termino Liderazgo Nivel 5 y que yo calificaría más bien como un tipo de liderazgo espiritual. El autor sólo analiza este tipo de liderazgo a nivel empresarial, pero resulta fácil agregar a su lista, personajes como Lincoln, Mandela, Luther King, Nehru, Matsuchita y la madre Teresa de Calcuta. En todos ellos, una genuina humildad fue el cimiento de todas sus grandes obras.
Pidamos entonces que en esta Navidad la humildad del niño Jesús -que siendo Dios nació en un establo- renazca en el corazón de todos los chilenos, en el de todas nuestras autoridades y muy especialmente en el presidente de la República de modo que nuestros líderes puedan conducir los destinos de la nación de una manera aún más efectiva.